Preocupación por el estado de salud del periodista Jesús Mariñas: ingresado con pronóstico reservado

Desde el pasado jueves, 31 de marzo, Jesús Mariñas se encuentra hospitalizado en el Ramón y Cajal, en Madrid, con pronóstico reservado. Así lo ha adelantado el diario 'La Razón' y lo ha confirmado la revista 'Semana' tras ponerse en contacto con el círculo íntimo de un hombre que, a sus 79 años, ha tenido que pasar por las manos de los médicos en muchas ocasiones. Más allá de la preocupación que despierta su salud, en el primero de los medios se narra cómo su pareja tuvo problemas para que se le trasladara hasta el mencionado hospital, que es donde se deben encontrar sus facultativos de confianza, esos que le están sometiendo al tratamiento oncológico pertinente.

Todo se desarrollaba en la noche de ese jueves, poco antes de las 10 de la noche. Jesús se empieza a encontrar indispuesto, no quiere comer y es incapaz de hablar. Es entonces cuando se encienden las alarmas y se llama a los servicios médicos. Llega la ambulancia y, a pesar de que quien vive con Mariñas trata de hacer entender a los sanitarios que deben llevarle al Ramón y Cajal, estos se niegan: deben trasladarlo al centro hospitalario que corresponde por la zona en la que viven y no a la carta.

Ante esta situación, y viendo que a Jesús todo este ajetreo le está afectando aún más, se toma la decisión de utilizar un taxi como medio de transporte para que le lleve a ese Ramón y Cajal donde se determina que debe quedarse interno, al menos, hasta el lunes. Será entonces, siempre según lo que ofrece en su edición digital 'La Razón', se le someta de nuevo a las pruebas pertinentes para decidir si le mandan de vuelta a su casa o debe permanecer más tiempo en observación de los especialistas.

La confesión de la enfermedad

Fue le pasado mes de octubre cuando, en las páginas de la revista 'Diez Minutos' y a pesar de que no le gusta dar detalles de lo que pasa en su intimidad, se sinceró sobre esa enfermedad contra la que lucha. "A mí decir que tengo cáncer es como decir que me voy a morir mañana, soy de otra época y de otra mentalidad, me asusta la palabra cáncer. Creo que eso le ocurre, sobre todo, a la gente de mi generación", manifestaba en esa cabecera del corazón en la que añadía: "Lo llevo con serenidad, estoy seguro de que voy a salir de esta". Un optimismo al que, ahora, deben agarrarse tanto él como todos sus seres queridos.