Los recuerdos más positivos de Álex Lequio vuelven a su mente en un momento muy especial

El hijo de Ana Obregón ha recordado su etapa universitaria con unas vivencias que según él, son dignas de una película de Spielberg
Los recuerdos más positivos de Álex Lequio vuelven a su mente en un momento muy especial

 

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Álex Lequio es un gran ejemplo de lucha y superación para los más jóvenes. A pesar de su enfermedad y de su recaída, ha demostrado que nada puede con él y que las ganas y el esfuerzo para seguir adelante están por encima de todo. Hace unos días volvió al trabajo y se mostró muy positivo en su recuperación, que ya casi está llegando a su fin. Precisamente por eso ha querido recordar una de las etapas más felices de su vida, la universitaria, compartiendo con todos unas vivencias que le sucedieron durante el primer año y que todavía recuerda con mucho cariño.

Para él, están a la altura de un guion de película del mismísimo Spielberg, y es que en tan solo un año ¡le pasó de todo! “No suelen ser objeto de interés mis cuatro años en ultramar, donde tuve el placer de succionar conocimiento de mentes brillantes, cantinas indomables y cómo no, de los altibajos y vaivenes que todo joven adulto experiencia durante su época universitaria. Nunca los he compartido por pensar que quizás no os resultan interesantes, pero la realidad es, amig@s mi@s, que reúno una batería de recuerdos que dejan a Spielberg como a un novato de la ciencia ficción”, ha comenzado diciendo.

Para ilustrar sus vivencias, ha escogido una fotografía en la que aparece junto a sus padres, Ana Obregón y Alessandro Lequio, su mejor apoyo, haciendo la mudanza para instalarse en el campus univeritario. “Esta foto que veis, es una foto de mi primer día de universidad. El primer momento de tantos y que tanto esfuerzo supuso conseguir durante los años de agogé en Madrid (sigo pensando que la liaron y me dieron la plaza por equivocación). El caso es que ese mismo año fue surrealista para un joven español que no tenía ni pajorera idea de lo que estaba a punto de vivir. Los acontecimientos fueron varios y asombrosamente extraños.”, ha continuado.

Entre sus vivencias destaca: “vivir el acceso a una hermandad (aquí no puedo hablar mucho), publicar 1 ensayo, hacer un mini proyecto de fin de temario con Kyrie Irving, partirme la pierna, ganar un certamen por hacer soniditos con la boca (no por guapo, obviamente) y por último, confundirme al rellenar la solicitud de alojamiento en el campus y terminar viviendo en una especie de comuna extraña donde llegaron a pensar que estaba un poco zumbado (la personalidad española puede llegar a contrastar mucho)”, ha explicado. Esto fue solo el primer año... no nos queremos ni imaginar lo que sucedió en los otros restantes, pero por el momento no ha querido desvelar más para no saturar. ¡Grande, Álex!

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