Irene Rosales sufre una aparatosa caída y muestra el resultado: “Me he jodido el pie”

Un pequeño accidente en el cumpleaños de Isabel Pantoja ha provocado una gran hinchazón en el pie de Irene Rosales
Irene Rosales muestra su pie hinchado y morado tras sufrir una caída en el cumpleaños de Isabel Pantoja

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La paz ya reina en la familia Pantoja. Kiko Rivera e Isa Pantoja han estado presentes en Cantora, la finca familiar que tienen en Cádiz, para celebrar el cumpleaños de Isabel Pantoja. No ha faltado nadie, ni la prima Anabel, que parece haber resuelto su última trifulca con Isa después de que diera unas declaraciones en una revista que no le dejaban en buen lugar. Se lo han pasado en grande en una celebración a la que tampoco han faltado Irene Rosales o Asraf Beno, además de los nietos de la tonadillera, Alberto, Ana y Carlota.

Pero entre tantas horas de piscina y después de mucho corretear por el campo, Irene Rosales ha sufrido un pequeño percance que le ha dejado el pie morado y con una hinchazón considerable que ha querido compartir con todos en sus redes sociales. “Ayer sufrí una caída y me he jodido el pie”, ha escrito junto a una imagen que ha compartido en sus historias de Instagram en la que se puede ver la zona amoratada e hinchada. Y es que ya se sabe, cuando uno lo pasa bien, se olvida del peligro.

El accidente de Irene Rosales en el cumpleaños de Isabel Pantoja

Cantora es una finca muy grande y está llena de obstáculos e Irene Rosales, a pesar de llevar muchos años yendo, no ha visto el peligro y ha sufrido una aparatosa caída que le ha provocado una hinchazón enorme en el pie que se lo ha dejado casi inmóvil. Aunque solo ha sido un pequeño susto, tendrá que dejarlo en reposo unos días hasta que se vaya el color morado provocado por la caída y se baje un poco la hinchazón. Aunque, eso sí, este accidente no le ha impedido irse de vacaciones y coger un avión, tal y como se puede ver en sus redes sociales con una foto de sus hijas jugando con sus aparatos electrónicos mientras llegan a su destino.

El aparatoso accidente de Irene Rosales

Por primera vez en muchos años Isabel Pantoja ha podido disfrutar de un cumpleaños tranquilo junto a su familia a pesar de las circunstancias excepcionales en las que nos encontramos debido a la pandemia. Ha tardado muchos meses en abrir las puertas de su casa para mantener a salvo a su madre, Doña Ana, que está delicada de salud, pero cuando lo ha hecho, no ha parado y está muy contenta de recibir a sus hijos y a su sobrina en la finca después de tantos meses sin poder disfrutar de su compañía.

Las desgarradoras palabras de Irene Rosales hacia su madre

"Ella está presente todos los días en mi vida. No hay una sola noche en la que me acueste y no piense en ella o no le hable. A mí me gusta hablarle todas las noches aunque me responda a mí misma. La recuerdo cada día... Todo lo que sé y todo lo que soy es gracias a ella. Ella me ha enseñado, guiado, cuidado y todo", ha confesado Irene Rosales sobre su madre, que falleció hace unos meses después de una dura batalla contra el cáncer.

Irene Rosales se despide de su madre con estas difíciles palabras: Te debo la vida mamá

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El mayor miedo de Irene con su padre

Y es que la mujer de Kiko Rivera está volcada en el cuidado de su padre, que tiene un derrame cerebral, y necesita que estén muy pendientes de él en cada momento. A él le define como un auténtico luchador, y lo ha pasado muy mal estos meses pensando que podía coger el coronavirus y se tendría que trasladar solo a un hospital sin poder estar cerca de su familia. "El que pudiera cogerlo y tuviera que irse a un hospital, sin poder verlo y sin poder estar a su lado, me daba pánico. Ese era mi gran temor, que le tocase a un familiar y no poder estar con él y visitarlo", ha dicho.

El padre de Irene Rosales tiene un tumor cerebral y es ella quien le cuida tras la muerte de su madre

Irene Rosales junto a su padre el día del entierro de su madreCORDON PRESS

"Al principio tuve un poco de agobio y de incertidumbre, porque no sabía qué iba a pasar, pero me acostumbré a una rutina y me adapté bastante bien. Y ahora mismo, con el tema del desconfinamiento, es verdad que me ha costado un poco más, porque seguía teniendo el miedo en el cuerpo. Pero era muy necesario salir y sobre todo sacar a mis niñas. Ahora poco a poco empiezo a ir a restaurantes y de terraceo, pero siempre con precaución y con mucho respeto", ha explicado en esta misma entrevista para Semana.

Durante estos meses ha llorado mucho porque está muy sensible debido a la situación excepcional en la que nos encontramos, pero poco a poco se va acostumbrando. “Llorar no era algo habitual en mí, pero ahora echando tantísimo de menos a mi madre, pues no puedo evitar el emocionarme y el llorar a todas horas. No es un llanto amargo, es sobre todo un llanto de amor, por el hecho de echar tanto de menos a una persona", ha comentado.

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