La familia de Antonio Resines ofrece la última hora del estado de salud del actor, en la UCI por coronavirus
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A media mañana de este jueves, 23 de diciembre, nuestra alma sufría una dura sacudida. Tal y como recogía el diario 'ABC', el actor Antonio Resines había tenido que ser internado en la UCI del Hospital Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, tras haber contraído la Covid. Con dos de las dosis puestas -había quien aseguraba que ya se le había administrado la tercera, pero a lo largo del día se hablaba de que estaba a la espera de la misma-, el virus le atacaba hasta el punto de necesitar ingresar en esa unidad de cuidados intensivos, tal y como recogimos en CADENA 100.
A pesar de que en un primer momento la preocupación excesiva se instalaba entre quienes quieren y admiran a uno de los hombres con una de las trayectorias más destacadas del panorama interpreptativo español, lo cierto es que, con el paso de los minutos, se conocía que no había necesitado ser intubado, y que tan 'solo' había necesitado ser conectado a oxígeno para controlarle. Para arrojar algo de luz y de tranquilidad, era su familia la que, en la tarde de ayer, emitía un comunicado.
En el mismo, con el que además se pedía de una manera indirecta calma y respeto para poder pasar estos días de la manera más privada posible, centrados en estar pendientes de Antonio, se podía leer: "Se encuentra consciente, sin precisar ventilación mecánica invasiva y recibiendo tratamientos y oxigenoterapia a alto flujo". Una manera de tranquilizar esos primeros ánimos agitados ante los titulares que habíamos leído en los diferentes medios de comunicación.
Su última aparición pública
Una noticia que llega en medio de esa sexta ola donde los contagios se han multiplicado de manera exponencial, empañanado las fechas navideñas de muchas familias. Empezando por esa de Resines, que todo apunta a que pasará la Nochebuena y la Navidad en ese centro hospitalario de la capital donde lucha por restablecer sus niveles de oxígeno y que todo esto quede en, tan solo, una mala experiencia que recordar en el futuro.
La última vez que se pudo ver a Antonio fue hace unos diez días. Él fue uno de las decenas de rostros conocidos que pasaron por el tanatorio donde descansaban los erstos mortales de Verónica Forqué para despedirse de ella.Convenientemente ataviado con esa mascarilla que le cubría casi toda la cara y con unas gafas de sol tras las que ocultar el dolor por la marcha de una compañera y amiga como lo fue Forqué. En menos de dos semanas, él se encuentra en medio de una situación tan complicada como lo es tener que luchar contra esta enfermedad que se instalaba en nuestras vidas hace ya casi dos años y que no parece tener ninguna gana de irse a corto plazo.
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