La discusión de Olga Moreno y Antonio David Flores que demuestra que la separación no está siendo amistosa
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Desde finales del pasado año, la separación de Antonio David Flores y Olga Moreno se ha convertido en uno de esos temas de conversación que, con mayor o menor intensidad, sirven para alimentar las tertulias del corazón. Un punto y final que han tratado de vendernos como de completa calma y normalidad, pero que, en realidad, no lo sería tanto. Porque ese silencio tras el que han tratado de resguardarse, podría ser un mero escudo para tapar todo lo que ha pasado de puertas para dentro de su cara y que, ahora, va saliendo a la luz. En concreto, era en 'Viva la vida' donde desenmascaraban la realidad de una fuerte bronca entre ellos.
Y ha sido Olga quien se ha puesto en pie de guerra, porque si hay algo por lo que no piensa pasar es por dejar que se utilice o se juegue con su familia. Cuando se trata de algo que le toca en lo más profundo del corazón, saca las garras. Al parecer, entre ellos ha habido una fuerte discusión con los hijos de ambos como foco de la misma. Un conflicto que tuvo lugar por de ese viaje que la diseñadora sevillana realizó al lado de Rocío Flores, hija de él y con quien parece empatizar en estos momentos en los que ambas están atravesando un calvario de desamor.
En estos momentos, Moreno se está haciendo cargo de David Flores, el hijo que su exmarido tuvo durante su matrimonio con Rocío Carrasco, y de Lola, la única hija nacida de su unión con exguardia civil. Para poder marcharse esos días al país africano y desconectar, necesitaba que Antonio David se quedase a cargo de ambos. Este, que recordemos que se ha mudado a vivir con Marta Riesco en Madrid, se negó a desplazarse a Málaga para estar con ellos -que, a fin de cuentas, son sus propios hijos-. Fue esto lo que provocó que Olga estallara al no creerse que no fuera capaz de hacer ese esfuerzo.
Un miesterioso mensaje
Esta información sale a la palestra apenas un par de días después de ese mensaje de Olga, que siempre se ha caracterizado por la discreción -salvo durante su estancia en 'Supervivientes', el 'reality' del que salió victoriosa y con un cheque de 300.000 euros debajo del brazo-, en sus redes sociales. Uno que decía así: "Entre subidas y bajadas, la vida nos pone a prueba. Pero siempre nos tiene nuevos capítulos para escribir, sentir y disfrutar". Unas líneas colocadas directamente en una imagen y junto a las que no necesitaba dar explicación alguna adicional. Y tampoco ha vuelto a decir nada más de cara a una opinión pública a la que todo este asunto tiene desconcertada y enganchada a partes iguales.
Porque, más allá de esta pequeña pincelada con la que desahogarse ante la Marea Azul, que no dudaba en darle todo el respaldo necesario ante tal grito de auxilio, lo normal es que utilice ese tablón para mostrar imágenes de su faceta profesional como diseñadora. Con todas las novedades de ese catálogo que le está sirviendo para despejar la cabeza en medio de este lío personal que tiene montado desde que se desenmascarara al hombre que tenía al lado y al que creía conocer.
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