40 días sin Ana Rosa Quintana: las significativas y fugaces apariciones en medio de su lucha contra el cáncer
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Un mes y diez días -o 40 días, si preferimos hacer la suma en bruto-. Ese es el tiempo que hace que Ana Rosa Quintana anunció que padecía un cáncer de mama contra el que tenía que luchar con tranquilidad, alejada de esos focos de la televisión que siempre han sido un hábitat natural para una mujer que ha sabido evolucionar con el medio y hacerlo suyo. Unas semanas más que suficientes como para darnos cuenta de su grandiosidad por ese vacío que ha dejado entre quienes, como en CADENA 100, son incondicionales de sus intervenciones estelares en las mañanas de Telecinco.
Fue ella misma quien, el pasado 2 de noviembre, ofrecía la noticia de una manera clara. Sin titubeos y con ese aplomo con el que siempre ha ha hecho frente a todos los obstáculos que le ha puesto la vida a lo largo de sus 65 años. "Hoy voy a hablar de mí. Normalmente no he faltado a mi cita con vosotros. Estoy tan agradecida a todos los que nos habéis traído aquí que tengo que compartir con todos lo más duro que me ha pasado en la vida", comenzaba antes de lanzar ese bombazo que se nos clavaba en el corazón: "Hoy me quiero despedir por una temporada, espero que no sea muy larga. Me han encontrado un carcinoma en una mama".
Tras esa explosión, se encargaba de apaciguar los ánimos con un mensaje en positivo que sus compañeros -muchos de ellos, además, amigos- agradecían en el alma: "Sé que me voy a curar. Afortunadamente está localizado y no hay metástasis, pero requiere un tratamiento intenso que me va a tener alejada de este plató, de estos compañeros, que también son mi familia". Y remataba con una tranquilidad pasmosa, de esas que te hacen entender por qué alguien es líder: "Estoy tranquila, confío en mis médicos. Soy una afortunada por tener tanto amor a mi alrededor, y espero que todo tenga un final feliz".
Tres 'post' elegidos con cuidado
Como decimos, han pasado 40 días desde aquello y, durante este tiempo, han sido contadas las ocasiones que hemos podido ver a la reina de los matinales de la pequeña pantalla. Tanto públicamente, saliendo de ese refugio en el que se han convertido su casa y su entorno más íntimo y hermético, como en esas redes sociales que pueden utilizarse como una ventana de desahogo cuando nos falta el aire. Y vamos a empezar por esto último para ver cómo y en qué terminos ha reaparecido en Instagram desde aquello. Tres son los 'post' que ha lanzado al mundo.
El primero de ellos, para reconocer ese trabajo incesable que hace a su lado, como apoyo, su marido, el empresario Juan Muñoz. A su lado realizó una escapada a la biblioteca de Silos. Un gesto más que significativo el de romper su silencio desde esas desgarradoras palabras con las que se sinceraba ante su audiencia. Porque le daba el sitio que se merece a ese hombre junto al que comparte la vida desde hace casi dos décadas.
Las otras dos han tenido más que ver con lo profesional que con lo personal. La primera de ellas, para agradecer el recibimiento en 'Ya son las 8' -de lo que hablaremos también abajo-. La segunda, para hacer lo propio con el reconicimiento a su productora en una noche tan especial para los que trabajan en la industria del entretenimiento como lo es la de las Antenas de Oro. Dos pinceladas con las que poner de manifiesto que, ni de reposo, es capaz de desconectar del todo de un trabajo que entiende como una verdadera pasión.
Dos actos públicos con mucho significado
Como decíamos, Ana Rosa no dudó ni un instante en plantarse en el plató de 'Ya son las ocho', a pesar de estar en pleno tratamiento, para desearle toda la suerte a su compañera Sonsoles Ónega. Ese abrazo entre dos de los rostros más potentes en estos momentos de Mediaset, fue de esos que son capaces de traspasar la pantalla y hacer que se nos caigan las lágrimas a puñados. Una aparición que llegaba poco después de aquella otra en la que la comunicadora, de manera sorprendente, se presentaba ante los 'flashes' durante la puesta de largo del último proyecto de Omar Montes. Tanto en un caso como en otro, no hizo sino subrayar su lealtad a los suyos, a los que sitúa por encima, incluso, de ese pulso que mantiene contra el cáncer de mama.
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