La denuncia de Carme Chaparro ante la irresponsabilidad de unos jóvenes sin mascarilla en el tren

Carme Chaparro ha denunciado el comportamiento de unos jóvenes en el tren, poniendo en riesgo la salud de todos con su irresponsabilidad
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Las redes sociales son muy efectivas y una gran plataforma que sirve como altavoz para exponer diferentes temas que incluso llegan a convertirse en virales. Muchos pasan desapercibidos pero para muchos otros se logra encontrar una solución. En este caso le ha tocado el turno a la periodista Carme Chaparro, que ha utilizado su blog para contar en primera persona una situación que vivió en el tren y que le llegó a dar hasta miedo de lo peligrosa que era.

Antes de subirse al tren ya vio a un grupo de unos 15 jóvenes e intuyó que su viaje no iba a ser muy relajado, pero la cosa fue a peor cuando se subieron al vagón. No solo lo ensuciaron todo tirando basura al suelo sino que ninguno de ellos llevaba la mascarilla puesta aun sabiendo que había personas de riesgo sentadas a su lado, una pareja de personas mayores en cuyo rostro se veía reflejado el miedo al no poder hacer nada ante esta situación tan comprometida a la par que peligrosa.

La mala experiencia de Carme Chaparro con unos jóvenes en el tren

A través de su blog de Yahoo!, Carme Chaparro ha querido denunciar una situación de lo más desagradable que vivió hace unos días en el tren. “Eran bombas de relojería andante. Ninguno de ellos llevaba puesta la mascarilla. Bueno, la llevaban, pero en el cuello. Así que, para el caso como, si nada”, ha explicado la presentadora. Una pareja de ancianos estaba sentada a su lado y el miedo se podía ver reflejado en su rostro nada más mirarlos. “No hizo falta que me dijeran nada. Eran personas de riesgo. Si alguno de esos adolescentes en pleno estallido hormonal tenía la Covid y les contagiaba, iban a pasarlo muy mal. Y en un tren cerrado, con tan poco espacio y sin ventilación, un enfermo sin mascarilla podía convertirse en un peligro mortal”, ha comentado.

Al ser un grupo tan numeroso de jóvenes, el resto del vagón era una minoría que no pudo hacer nada frente a este asunto. Pensando en los antecedentes de otros jóvenes por el mundo que se han atrevido a encararse a quien fuera que les pidiera que se pusieran la mascarilla, llegando incluso en Francia a apuñalar a un conductor de autobús por pedírselo, optaron por la resignación y por asumir el riesgo, aunque no les hizo ninguna gracia porque “los brotes empiezan así. Los muertos empiezan así. Con niñatos maleducados como los del tren. Con personas inconscientes. Con gente olvidadiza”.

Un verano diferente con muchas medidas de seguridad

Somos muchos los que nos olvidamos la mascarilla al salir de casa porque no nos hemos llegado a habituar todavía a ella, pero en seguida volvemos como un acto reflejo al darnos cuenta de que nos falta algo. Pero lo grave es no querer ponérsela o llevarla puesta en el codo o la barbilla, ya que es obligatorio su uso en todo el país. “No es un verano normal. Pero nos hemos olvidado. Es fácil meterte en la burbuja y olvidarte de los meses de confinamiento, de los muertos, de los que aún siguen muriendo, de los sanitarios que se juegan la vida, del hundimiento económico del país. Yo misma a veces tengo que volver a casa porque me he olvidado la mascarilla. El cerebro no puede con tanto horror y nos protege dándonos una falsa sensación de seguridad”, ha reflexionado Carme Chaparro.

Pero la Covid sigue ahí fuera. Esperándonos. Sigue matando. Sólo serán unos meses. ¿Qué es este pequeño lapso de tiempo -hasta que haya una vacuna- a cambio de nuestras vidas?”, ha concluido después de haber contado esta desagradable experiencia en el tren con unos jóvenes completamente irresponsables.

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