La crueldad del cáncer golpea de nuevo a Cristina Saavedra: muere su hermana mayor meses después de la pequeña

La periodista había realizado una publicación denuncia contra el hospital donde estaba perdiendo la batalla su hermana contra la enfermedad
Cristina Saavedra da un puñetazo encima de la mesa ante el acoso que sufre en las redes sociales

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Si es cruel perder a una hermana de cáncer, no nos queremos ni imaginar lo que debe ser que la enfermedad te robe a dos en apenas nueve meses. Eso es lo que le acaba de suceder a la periodista Cristina Saavedra. Era el diario 'La voz de Galicia' el que informaba de la triste noticia en la noche de este martes, haciendo hincapié en esa desgracia que llegaba casi sin haberse podido recuperar del primero de los golpes. Con tan solo 41 años y madre de tres hijas adolescentes, esta mujer que deja hondo pesar en uno de los rostros más característicos de LaSexta, nos deja después de que Cristina hiciera una denuncia pública horas antes en su cuenta de Twitter contra los responsables del hospital en el que se encontraba.

Concretamente se quejaba con amargura de cómo ese centro médico en que muchas personas estaban luchando por agarrarse a la vida mientras sus familiares intentaban exprimir el tiempo que les quedaba a su lado se había convertido en un inmenso set de rodaje. No solo eso, sino que las necesidades de quienes estaban haciendo la película parecían estar por encima del sentir humano, obstaculizando que llegasen hasta esas habitaciones donde se estaba esfumando el tiempo de quienes se encuentran paliativos.





El relato de la dureza del tratamiento

Cristina, desde el primer momento, ha tratado de hacer ver a la gente esa cara más dura de quien está enfrentándose, mirando de tú a tú, a la enfermedad. Poco después de que a esta hermana que acaba de dejarnos se le diagnosticara la enfermedad y comenzara a someterse al tratamiento pertinente, lanzaba un mensaje de lo más clarificador: "Sí, luchar es bregar, abrirse paso en la vida (DRAE). Es levantarte de la cama molida tras la quimio para desayunar con tus hijas. Es secarte las lágrimas cuando te quedas con los mechones en la mano tras lavarte el pelo. Llamemos a las cosas por su nombre. Sin miedo". Unas palabras cargadas de desgarro con las que compartía con el mundo que la enfermedad había regresado a su familia.



También tenía un mensaje para aquellos que estaban atravesando por una situación como la suya o la de su hermana: "A los que directa o indirectamente estáis/estamos luchando contra el cáncer: fuerza y amor. Abrazadlos fuerte. Ganaremos. Nuestro amor los hace fuerte. No desfallezcáis. Ánimo". Ella, que el pasado mes de junio perdía, con muy pocos días de diferencia, a su hermana pequeña y a su abuela, era una voz más que autorizada para lanzar ese mensaje.



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