Alba Santana o el drama de quedarse huérfana en menos de medio año: un 2021 de tragedia

Alrededor de las 16.30 de esta tarde, tal y como ha confirmado 'Tiempo de Juego', de COPE, y nos hemos hecho eco en la web de CADENA 100, se conocía la muerte de Manolo Santana. La leyenda del tenis español y uno de los pioneros en nuestro país en ese deporte, nos dejaba a los 83 años después de muchos meses alejado del foco mediático. Enfermo desde hace años y habiendo dado una imagen de paulatino deterioro en sus últimas apariciones públicas, ni siquiera rompió ese silencio por el que se regía desde hace mucho tiempo cuando falleció Mila Ximénez, quien fuera una de las cuatro esposas que tuvo en su vida y madre de su hija Alba.

Alba, que siempre ha tratado de ser lo más discreta posible y ha pasado de puntilla por los medios de comunicación a pesar del tirón en los mismos que tenían tanto su padre como su madre, acaba de quedarse huérfana del todo. En menos de medio año, ha experimentado en sus carnes lo que es tener que enterrar a ambos progenitores. Y si bien es cierto que la relación que guardaba con una y con otra era completamente antagónica, no menos lo es que es una tragedia verse en una situación como en la que se ve ahora una mujer que, desde hace años, tiene su residencia familiar fijada en Holanda.

Alba Santana, que pasó buena parte de su infancia sola con su padre -se ha narrado en multitud de ocasiones cómo las penurias económicas de Ximénez llevaron a dejarla en manos del deportista, consciente de que le esperaría una vida donde no le faltara de nada, algo que ella no podía proporcionarle-, estaba estrechamente ligada a Mila. Tanto es así que sus viajes desde Ámsterdam hasta Madrid durante la convalecencia de la periodista en ese duro año batallando contra el cáncer que se la llevo eran más que constantes. Cogió tan rápido como pudo un avión cuando esta se encontraba en sus últimos días de vida. Y fue la encargada de ayudarla a despedirse de todos cuantos le pedía el corazón.

La culpable de la ruptura de la relación

Entre ellos, por supuesto, no se encontraba un Manolo contra el que tuvo unas durísimas palabras en una de sus últimas intervenciones televisivas, cuando ya era conocedora de que la enfermedad había campado a sus anchas en su cuerpo y que se encontraba en pleno tiempo de descuento. "Para mí no es ninguna pena, espero que se muera antes que yo, porque es tan mala persona que todavía me voy yo antes, pero espero que sea al revés", dijo tras ver unas imágenes en las que Santana ya no gozaba de un buen aspecto y con el dolor de quien ha visto cómo su hija quedaba huérfana de padre mucho antes de que este muriera.

Porque, tal y como se ha recogido en multitud de ocasiones en la prensa, Alba y su padre estaban distanciados desde hace años. Y hubo quien se atrevió a poner nombres y apellidos a la causante de esa ruptura de la relación paternofilial: Claudia Rodríguez. Efectivamente, la cuarta mujer de Santana, a la que se ha dibujado como controladora de todos los movimientos de una de las grandes leyendas de nuestro deporte, habría sido la causante de que la comunicación entre ellos se rompiera.

En los últimos meses, lejos de arreglar la situación, el hecho de que él no levantara el teléfono para preocuparse por su hija tras perder a su madre, había empeorado las cosas entre dos personas que, ahora, ya no tienen la oportunidad de arreglarlo. Alba se queda sin las dos personas que le dieron la vida, aunque los sentimientos sean diferentes en uno y otro caso.

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