La vida de Mila Ximénez un año después de comenzar su lucha contra el cáncer
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"Estoy jodida, asustada y con ganas de contároslo". Así empezaba Mila Ximénez el 16 de junio de 2020 su relato, vía telefónica, de la pesadilla en la que se había visto inmersa una semana atrás: "Tengo cáncer de pulmón". Cuatro palabras con las que hacía público el inicio de un duro camino del que, ahora, se cumple un año. 365 días en los que la colaboradora de Mediaset ha realizado apariciones intermitentes ante las cámaras. En los que ha habido semanas enteras en las que no ha tenido fuerzas ni para levantarse de la cama por culpa de la dureza del tratamiento.
A Mila se le ha llegado a pasar por la cabeza tirar la toalla. No es una especulación, sino la conclusión lógica que se desprendía del discurso pronunciado en directo durante una de sus últimas apariciones en el plató de 'Sálvame'. "Estoy preparada, a veces pienso que es un alivio. El mes de dolor que yo he pasado sin levantarme de la cama no se lo deseo a nadie", comenzaba antes de ahondar en esas reflexiones sobre la muerte que habían asolado su cabeza en algunos momentos del camino: "Lo quiero decir y normalizar la situación. Me gusta vivir pero con calidad de vida. Si me dicen que va para larguísimo y que no saben si los tratamientos van a funcionar se acabó el tratamiento. Paro. No voy a continuar. Lo que dure. Alguna gente de mi familia se pone de los nervios. Es una reflexión que me estoy haciendo todos los días. Me da más miedo despertarme por despertarme que decir: 'Esto ya no tiene solución'".
Telecinco.
No se rinde
Pero, tras aquel TAC determinante, volvió a coger las riendas. Lo ha hecho apartándose del foco mediático, aunque ha sido inevitable que se sigan buscando sus imágenes cada vez que sale a la calle. Ya sea para acudir a esas visitas médicas periódicas con las que seguir luchando o para pasear y airearse junto a sus amigos. Los Belén Rodríguez, Belén Esteban, Jorge Javier Vázquez y compañía. Esos que han cogido a Mila de la mano durante este largo año y que seguirán haciéndolo hasta que se recupere. Hasta que vuelva a cumplir ese deseo que, de manera recurrente, se recuerda en las tardes de Telecinco pasa por volver a verla entre ellos.
Mila apenas se ha manifestado públicamente desde que el pasado 9 de marzo acudiera a su puesto de trabajo por última vez. Centrada en su salud, es su hermano Manolo quien se ha erigido en portavoz para dar pinceladas a los medios de comunicación del estado en el que se encuentra la televisiva. "Estar cuidada y protegida por los míos es el mejor regalo que he recibido de esta enfermedad. Tengo docenas de manos que no me sueltan", son la únicas declaraciones que ha concedido, desde entonces. Las hizo en el diario 'ABC' el pasado 21 de mayo.
Hace apenas un par de semanas, celebraba su 69 cumpleaños. Esperanzada. Dejándose querer y exprimiendo cada minuto, porque si algo ha aprendido durante estos 12 meses que ya dura la situación a la que hace frente, es que hay que disfrutar. Una lección que ha regalado a todo el que ha querido escucharla, porque si no hubiésemos tenido suficiente aprendizaje tras un año de pandemia en el que las restricciones han puetso freno a nuestra normalidad.
Ella, es sabedora de que va a tener que sudar en su esfuerzo por vencer a una enfermedad que se ha abierto paso por diferentes zonas de su cuerpo. Pero va a hacerlo. Este es tan solo el primer año de muchos. De todos esos en los que mirará atrás para, con fuerza, ser concientes de que todo ese sudor de su esfuerzo mereció la pena.
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