La recomendación definitiva con la que poder controlar la ansiedad por la comida

La ansiedad es una reacción emocional que sufrimos casi todos, pero no todos la gestionamos igual y muchos la pagan con atracones
El consejo con el que poder controlar la ansiedad por la comida

 

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Nadie está libre de tener ansiedad en algún momento, ya que está muy ligada a las emociones. Sí que es cierto que no todos la manifestamos de la misma manera. Hay quienes sufren taquicardia, mientras que otros padecen temblor, rubor, dificultades respiratorias o ganas de comer más.

Eso es, muchas personas intentan controlarla con la comida. "Si alguien tiene dificultades para controlar su comida y engorda cada vez que tiene un período de estrés, de ansiedad, va a poner su atención en la comida, porque quiere controlarlo", explica el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), Antonio Cano.

Precisamente "una de las  características de la ansiedad, es la pérdida de control", señala el experto. Así, es un proceso que se retroalimenta. Cano lo ejemplifica con alguien que tiene facilidad para ruborizarse. "Quien tiene facilidad para ruborizarse empieza a darle mucha importancia al hecho de ruborizarse en situaciones sociales y fija el foco de su atención durante mucho tiempo en si se pone rojo o se ha puesto rojo", precisa el experto.

Después, "hace interpretaciones erróneas del tipo 'qué van a pensar si me pongo rojo' y, en realidad, la persona se está engañando con sus propios pensamientos. Alguien puede pensar que lo van a evaluar negativamente, con lo cual aumenta la ansiedad. Esto que sucede con el rubor sucede también con la comida", continúa el presidente de SEAS.

El problema es que este tipo de respuestas fisiológicas, tanto el rubor como el apetito, según el experto, "están reguladas por el sistema nervioso autónomo y eso significa que son respuestas automáticas". Uno no decide ponerse rojo, sino que lo hace de manera automática, igual que uno no decide que, si ha comido hace un rato, necesita comer más.

"Entonces, hay una cierta pérdida de control percibido porque estamos intentando controlar voluntariamente respuestas automáticas y cuando intentas controlar voluntariamente respuestas automáticas se descontrolan ambas", matiza Cano.

En este contexto, por un lado, "cada persona tiene su síntoma principal porque es el primero que nota y al que le da más importancia. Si encima lo interpreta como algo negativo, aún más; y si no para de prestarle atención, aún más va a aumentar esta reacción", clarifica el experto, que insiste en que querer controlarlo consigue el efecto contrario: la pérdida de control.

"Las personas a las que les da por comer viven un poco este esquema: tienen como respuesta principal comer más, quieren regular la comida y pierden el control. La conclusión es que cuando tienen ansiedad comen en exceso y aumentan de peso. Eso es un comer emocional que está inducido por su ansiedad y por el mal manejo de su ansiedad", expone el presidente de SEAS.

QUÉ HACER    

La consecuencia inmediata de la pulsión por comer motivada por la ansiedad es que "alguien aumenta de peso en, por ejemplo, época de exámenes y luego recupera la normalidad", según el experto. Sin embargo, "en casos más graves, puede haber un problema de sobrepeso o de obesidad", avisa Cano.

Por lo tanto, apunta este consejo: hay que tratar la ansiedad y no poner a dieta a la persona en cuestión. En este contexto "las dietas están condenadas al fracaso", zanja el presidente de SEAS.    "Lo único que se puede hacer es aprender a comer menos calorías, aprender a comer una dieta mediterránea porque puede comer a lo largo de todo el año siempre lo mismo", explica el experto. Sobre todo, un cambio de hábitos es lo que puede ayudar a controlar el peso.

No obstante, "debería aprender a manejar su ansiedad porque, si no, de todas maneras, corre el riesgo de no poder controlar su peso a pesar de comer sano", insiste el presidente de SEAS.

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