Mónica Hoyos, rota de dolor, se sincera sobre su pasado familiar

La peruana, expulsada de “Supervivientes” a unos pocos días de la final, ha reconocido el drama más doloroso de su vida 
Monica Hoyos

 

Redactora CADENA 100

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Mónica Hoyos ha demostrado ser una buena superviviente. Ha pasado las pruebas con mayor o menor fortuna y se ha esforzado para mantenerse hasta el final. Y se ha quedado a las puertas, resultando ser la última expulsada, antes de que los supervivientes volviesen de Honduras. Una expulsión que ella ha calificado como “dura” y el presentador, Jorge Javier Vázquez, determinó como “una de las más tensas de la historia de los realities”.

“Soy muy competitiva y estoy triste por la expulsión”, aseguró la peruana, ex mujer de Carlos Lozano, que tuvo bastantes roces con él en el concurso antes de su expulsión. “De todos modos, Supervivientes ha sido la gran experiencia de mi vida”, aseguró  con una sonrisa. 

La llamada más emotiva

Un poco después, Mónica Hoyos recibió la llamada de alguien muy especial, su abuela Carmen, a la que cariñosamente llama “mamama”. Estas fueron las palabras que conmovieron a todo el público y, por supuesto, a Mónica; “Mi niña preciosa, qué alegría hablar contigo. Estoy muy orgullosa de ti. A pesar de mis miedos de que entrases en este concurso, pero la gente te ha reconocido como una gran superviviente. He sido feliz cuando te veía cuando cantabas, reías, bailabas y lloraba cuando lo pasabas mal. Ahora el juego se acabó y has tenido que salir fortalecida con las enseñanzas. Para mí tú eres mi guerrera y mi campeona». Unas palabras que tocaron el corazón de la superviviente que, entre lágrimas, le contestaba; “tú me enseñaste a guerrear y a luchar”.

“A veces hay cosas que no se han entendido de mi comportamiento y es por un montón de motivos que pasé en mi infancia”

Tras esta llamada, Mónica Hoyos quiso explicar porqué muchas veces se ha comportado de ciertas maneras. “Mis padres se separaron cuando yo era muy pequeña y sufrí muchísimo. Siempre he tenido una responsabilidad con mi familia innata que no me ha dejado disfrutar de un montón de cosas”. A lo que añadió, “no es momento de hablar de mi infancia, pero sí agradecerle a mi abuela que me ha dado los principios y la fuerza para tirar para delante con mi hija”.

¡Qué vivan las abuelas!

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