Los finalistas de supervivientes abandonan la isla después de casi tres meses de concurso
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En el último capítulo de ‘Conexión Honduras’, los cuatro finalistas de 'Supervivientes 2019' han abandonado Cayo Cochinos y recuperado sus maletas, dejándonos las reacciones más esperadas y las lecciones que se llevan de la isla.
Albert se puso a llorar en cuanto recibió el pergamino del Pirata Morgan, pues el concursante ha pasado grandes momentos en los Cayos y está triste por dejar todo esto atrás. "Me voy sabiendo que soy una persona trabajadora, luchadora, que lo da todo, fiel a mis principios y me marcho siendo un poco más humano", manifestaba Albert. El superviviente se puso muy contento al abrir su maleta y encontrarse con su máquina de afeitar, polvos para el pelo, un desodorante que no ha dudado en aplicarse por todo el cuerpo, y sus viejas amigas las zapatillas de correr. "He corrido tantos kilómetros con ellas. Ahora empiezo a recordar quién era", decía al ponérselas.
"Madre mía las plataformas, yo que no era nada sin ellas y ellas nada sin mí", decía Mahi al recuperar su maleta. Entre los objetos se encontraban sus plataformas de vértigo, pelucas, maquillaje y coloridos vestidos. La andaluza se puso muy feliz al ver todas sus cosas y dudó en colocarse todo encima, destacando lo grande que le queda la ropa tras su cambio físico, pero también confesando que se lleva una gran lección en su paso por el reality. "Me he dado cuenta que he sido una persona muy preocupada por el físico, o que pensaba que me preocupaba, porque aquí he sido capaz de mostrarme al mundo tal y como soy. Ahora me das a elegir entre una peluca y un cuarto de coco, y me quedo con el coco".
"La verdad que cuando me subí a la barca estaba muy feliz, pero una parte de mí, aunque me parezca loco decirlo, no quiere abandonar la isla", explicaba Fabio muy emocionado tras abandonar el lugar. El finalista dejó ver su faceta más rockera al recuperar su cazadora y botas de cuero, además de sorprenderse al notar el buen aroma que tienen sus camisas. "¿Tan bien olía yo?", decía al oler y probarse sus camisas.
Omar se emocionó tanto con su peine y su llamativo y querido chándal, que incluso se desnudó delante de la cámara para ponérselo. Al abandonar la isla, el concursante ha recordado a su familia y ha confesado el gran aprendizaje que se lleva, pues los momentos importantes son los ratos con las familias, que quizás algún día ya no estén, y no con la tecnología.
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