Jorge Javier Vázquez reflexiona sobre el carácter de María Patiño: "Cuando no se le deja hablar..."
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Son compañeros delante de las cámaras, pero, sobre todo, buenos amigos detrás de ellas. Jorge Javier Vázquez y María Patiño han dado sobradas muestras de la relación íntima que mantienen, más allá de que tengan que compartir plató cada semana. Así que, si hay una voz autorizada para analizar el carácter de esta, ese es el badalones. Lo ha hecho. El presentador le dedica la última entrada de su blog en la revista 'Lecturas', donde le dedica unas reflexivas palabras que, seguro, ella va a tener muy en cuenta.
"¿Ha sido siempre María Patiño tan intensa? Creo que sí, pero con los años ha ido a más, lo cual me parece algo digno de elogio", comienza Jorge Javier su discurso, en el que pone en valor esa capacidad para no dejarse llevar por la desidia con el paso de los años. "Conozco a pocas personas tan entregadas al análisis como María. Yo la envidio porque a veces tengo que hacer verdaderos esfuerzos para que no se me note un poquitito de tedio vital, pero ella, inasequible al desaliento, se enfrenta diariamente a la realidad con un ímpetu olímpico", añade en su relato, sosteniendo que ese comportamiento, en ocasiones, puede resultar hasta infantil.
Instagram.
"A mí en el trabajo me divierte mucho porque se ha convertido en todo un referente de la televisión de entretenimiento. Se pone como las cabras con las trampas que le ponen en 'Sálvame', se enfada, se muestra herida, airada, menospreciada cuando no se le deja hablar más de media hora seguida sin interrupción", hace un retrato de esos momentos que todos los telespectadores hemos podido ver en pantallla, para añadir: "Pero luego tiene la capacidad de pasar del cabreo a la risa, porque los años le han enseñado que en el fondo nuestro trabajo tiene mucho de ridículo".
El momento más complicado de su relación
Lo cierto es que, como buenos amigos, también han tenido sus riñas. Una de las más sonadas y recordadas sucedió cuando ella decidió casarse en secreto, sin contárselo ni siquiera a ese círculo íntimo con el que ha llegado a compartir viajes y en el que se encuentra Jorge Javier. Este se enteró por las fotos que ella misma colgó en Instagram, a toro pasado. Un gesto que le molestó sobremanera, no por no haber sido invitado, sino por el hecho de que consideró que era un gesto de desconfianza no habérselo revelado. Así se lo hizo saber. La sucesión de mensajes de Patiño derivó en una bronca entre ellos tras la que estuvieron semanas sin dirigirse la palabra.
Consiguieron limar asperezas y reconducir la relación, no sin antes tener un cara a cara televisado en el que se soltaron los reproches que se tenían preparados el uno para el otro. Un ejercicio de catársis que dio sus frutos. Tanto como para retomar la relación que tenían antes de ese cisma. Tanto como para, ahora, poder asistir a ese análisis que él le dedica en el cuaderno de bitácora digital que posee desde hace años en la mencionada revista del corazón. Las cosas se ordenaron y, aunque con maneras muy diferentes de afrontar los debates y las vicisitudes de la vida, siguen siendo ese tándem perfecto: Jorge pone ese punto de ironía que tanto saca de quicio a María. Y reconocemos que nos encanta.
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