Jesús Calleja cuenta cómo esta pasando la cuarentena y recuerda uno de los momentos más duros de su vida
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Jesús Calleja ha hecho uso de redes sociales para lanzar un mensaje positivo a sus seguidores. A través de varios vídeos en su perfil de Instagram, el presentador de televisión ha reflexionado sobre el valor de las cosas más simples, que a veces olvidamos, y ha recordado uno de los episodios más traumáticos de su vida.
Además, ha recordado la importancia de quedarse en casa durante el tiempo que establezcan las autoridades. "¿Qué voy a hacer yo en casa? Pues lo que tenga que hacer. A lo mejor aprendo jardinería, o aprendo cocina, pero me voy a quedar en casa. Porque es la única manera que tenemos de parar al bicho. Y también por los mayores, porque no podemos arriesgarnos a salir nosotros por ahí y luego contagiar a nuestros padres", ha reflexionado Calleja, y ha añadido que el objetivo es que "no hagáis nada de vida social. Si estáis en el campo o en un pueblo, como es mi caso, pues podéis moveros alrededor de la casa un poco, pero no más".
El presentador ha subido vídeos en los que muestra cómo convertir un terreno en un huerto y sus avances. "Estoy aquí en el jardín, que me he cogido un cacho de tierra, y voy a hacer un huerto. Voy a plantar tomates, lechugas, pimientos...que para eso me crié en un pueblo que era famoso por las hortalizas. Voy a tirar de imaginación y a ver cóo podían hacerlo mis abuelos, y mi madre, que la vi hacerlo", ha contado en su perfil de Instagram Calleja.
El peor momento de su vida
El presentador de 'Planeta Calleja' ha aprovechado estos días de confinamiento para para recordar el momento más delicado y crítico de su vida. El aventurero ha confesado que pensó que "nunca más volvería a ver la luz del sol".
Todo ocurrió en el programa de Cuatro 'Desafío extremo', en el que se propuso a Calleja sumergirse en las entrañas de la tierra. Viajaron a Absajia, a la sima de Krúbera-Voronya, que cuenta con una profundidad de 2.080 metros (la más profunda de la Tierra). Sin embargo, nadie esperaba que fuera una hazaña tan peligrosa.
El objetivo era descender por la cueva más profunda de la Tierra, pero los planes cambiaron tres días después. La prioridad pasó a ser la de salir sanos y salvos de una trampa provocada por una gota fría que descargó 50 litros por metro cuadrado, multiplicando por cuatro el caudal de agua que se filtraba al interior de la cueva.
"Pagué un precio muy alto", reconoció Calleja. "Nos quedamos 10 días atrapados en la sima porque cambió el tiempo. Hubo unas nevadas y unas lluvias brutales y por donde entramos al principio ya no podíamos subir. Lo que teníamos que haber bajado y subido en tres días nos tiramos 10 días para hacerlo, sin comida y pasándolas canutas".
Según Calleja, "aquello fue terrible porque tienes la sensación de estar enterrado vivo y de que te vas a morir. Y pasarán igual dos meses hasta que la palmes. Fue el momento, quizá, más delicado de mi vida, pero como sabíamos que dependíamos de nosotros mismos, nada más que tuvimos una miniventana, lo intentamos y conseguimos salir".
Aquella terrible experiencia le dio una gran lección de vida que hoy, confinado en su casa, vuelve a recordar: "Me he prometido a mí mismo que voy a cambiar cosas de mi vida para disfrutar más de los pequeños detalles porque nos comemos la cabeza con chorradas y simplemente vivir es lo más grande que podemos tener". Calleja tiene muy claro que no solo "ganaremos al virus" sino que también "ganaremos como humanidad".
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