La impactante confesión de Rocío Carrasco: ''Ahí comenzó a sembrar 'la semilla del mal'''

La docuserie de Rocío Carrasco ha dejado a España impactada y el capítulo serie abrió la veda de los hijos
Rocío Flores de niña

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La docuserie de Rocío Carrasco está siendo uno de los testimonios más impactantes de los últimos tiempos. Tras una vida marcada por el silencio por su parte, la hija de Rocío Carrasco está contando capítulo a capítulo toda su vida que tan juzgada ha sido sin ella pronunciarse. En esta fase, cuando entramos en el capítulo 6 de la historia, llega un momento clave: los cambios en sus hijos.

Una vez ya firmada la separación, la expareja de debatía por la custodia de los niños, que la tenía Rocío. Pues bien, Carrasco en este relato revela detalles donde comienza ''el principio del fin en su relación con sus hijos, según ella por la semilla del mal que ha ido sembrando el padre durante toda su infancia''.

Para ella 2001 fue un año muy duro. No solo perdió a su padre, sino que comenzó la guerra judicial en los tribunales por sus hijos. Antonio David le declaraba la guerra y fue ''a por ella''. Al menos, así lo reafirma Rocío Carrasco, unas frases que repite en varias ocasiones en la docuserie, ya que fueron las palabras que supuestamente él le dijo al separarse: ''Te vas a cagar'', ''voy a hacer que te odien los niños''.

Ahora, Rocío ha querido ir detalle a detalle de aquel proceso tan duro y cómo fue cambiando todo. Para que de una vez por todas ''se caiga la careta de padre ejemplar que ha vendido todos estos años''. Para ello, Rocío ha mostrado el informe psicosocial, que se realizó en la Audiencia Provincial, y al que también acudieron los dos niños pequeños. En él se puede leer que según el informe pericial del psicólogo ''Carrasco era una madre responsable que atendía y vigilaba a sus hijos y que estaba “preocupada” por lo que sus hijos “pudieran oír” de ella y de su padre cuando se hicieran mayores''.

Asimismo, en aquella etapa, sus hijos la veían como su referente absoluto. ''A los 5 años Rocío le dijo al psicólogo que era una niña “querida”, que se identificaba con su madre y que no quería que nadie “la separa de ella”, pero también se identificaban en ella algunos signos de ansiedad''. Primera vez que Rocío Carrasco define esto como “la semilla del mal” que comenzaba a echar raíces.

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Telecinco

El episodio que cambió todo

En este momento, Rocío relató el episodio con Rocío con 5 o 6 años que fue el principio del final entre las dos, al menos hasta la fecha. “Yo empiezo a notar, cuando Rocío y David volvían de estar con su padre el fin de semana, que la niña salía al pasillo por las noches y empezaba a chillar. Gritaba: “¡Mamá, mamá! ¿Dónde estás? Y yo la cogía y me metía con ella en la cama”, revela.

"Una de las noches- ha seguido contando - Rocío me pidió dormir con su hermano en la habitación y yo les dejé 15 minutos juntos. Cuando fui a pagar la luz, me dijo que no la apagara, ni cerrara la puerta y me senté con ella a los pies de la cama y le pregunté que qué le pasaba. Ella me dijo: “Mamá, es que papá me ha dicho que, cuando tú me acuestas, Fidel y tú os vais de casa y nos dejáis solos". A lo que Carrasco, tajante, dice: "Hacerle eso a los niños es de una crueldad supina".

"Cuando salí de la habitación me puse a llorar como nunca en mi vida porque me parecía una crueldad decirle eso a una niña de 5 años, de una crueldad supina, cuando los niños pequeños tienen tanto miedo a la noche. Ahí empecé a notar que todo estaba cambiando", concluye relatando Rocío.

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