La confesión más desgarradora de Mercedes Milá sobre su depresión: "Puede acabar contigo"
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Mercedes Milá es una de esas mujeres que siempre han demostrado tener una fortaleza enorme. Su carácter y la seguridad con la que se ha colocado delante de las cámaras a lo largo de su carrera, está fuera de toda duda. Pero, muchas veces, quienes más débiles son en su interior, intentan proyectar una imagen como la de una de las presentadoras más importantes de la historia de nuestra televisión. Anoche se sentaba delante de María Casado en 'Las ters puertas', ese programa de entrevistas que, a pesar de no estar cosechando las cifras de audiencia deseadas, continúa en la parrilla de TVE.
En ese escenario tan íntimo que se genera, Mercedes se encontraba tan a gusto como para hablar de la depresión como no lo había hecho antes. Porque si bien es cierto que en más de una ocasión se ha sincerado sobre su salud mental, nunca antes había confesado, por ejemplo, que su marcha de 'Gran Hermano' se debió a esa debilidad de su cabeza que le hizo dar un paso a un lado. La catalana no tuvo reparos en hablar con claridad, sin morderse la lengua: "Lo he pasado muy mal, cuando sabes que una depresión puede acabar contigo, que una ansiedad puede acabar contigo, te das cuenta de los límites".
"La primera que tuve fue por un desamor y la segunda y las que vinieron después sí fue por exceso de estrés", ponía nombre concreto a los motivos que le llevaron a tocar fondo en esas ocasiones en las que ha tenido que echar el freno y pedir auxilio profesional. De hecho, sobre 'Gran Hermano' hablaba de esa dicotomía entre lo a gusto que se encontró y cómo se vio en la obligación de apartarse: "Fue una de las etapas más felices haciendo televisión de mi vida. El acierto más grande fue hacer ese programa. Estaba tan contenta y tranquila... Me fui por enfermedad, porque ya no podía más. Pero podía estar llorando toda la semana y llegaba el jueves me cogía un coche y me iba a la tele me maquillaba y nadie lo notaba. Lo que me pasaba era después que decía, ¿cómo podré volver a hacerlo?".
Los aprendizajes a tener en cuenta
Mercedes, además, dejaba dos lecturas sobre las que reflexionar. La primera de ellas, sobre el pundonor que hay que tener cuando uno se encuentra acuciado por las necesidades emocionales: "Yo siempre digo que no hay que tirar la toalla. Aunque haya días que tienes encima la espada de Damocles y todo me parece mal y triste, horrendo, gris... Hay días que estoy bien, feliz, y pienso qué suerte". La segunda tiene más que ver con cómo este tipo de dolencias del alma se están abriendo camino, a pasos agigantados, en nuestra sociedad: "La enfermedad mental está rodeándonos cada vez más. Yo hablo como hablo para ayudar a la gente que está enferma y necesita apoyo. La gente que te quiere, y te quiere bien, también se harta".
Además, ante María verbalizaba algo que le gusta practicar con frecuencia, para ser consciente del contexto en el que se ha desenvuelto su vida profesional y personal: "Recordar y dar gracias por lo feliz que he sido". Una especie de balance que realiza para no perder la perspectiva y quitarse esas nubes negras que, de vez en cuando, hacen acto de presencia en su cabeza.
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