El ataque de nervios de Olga Moreno en 'Supervivientes' con el que demuestra que está al límite

Olga Moreno no está en su mejor momento. La concursante de ‘Supervivientes 2021’ está sufriendo los estragos de más de 80 días de aventura en los Cayos Cochinos. Más de dos meses y medio de ‘reality’ que han producido un impactante cambio físico en la empresaria andaluza. Pero no solo sufre su cuerpo, su cabeza también está viéndose afectada por la lejanía de su familia. Sus menciones a sus seres más cercanos son recurrentes. Algo totalmente entendible dada la situación con la que se marchó de España rumbo a Honduras. Recordamos que pocas horas antes de coger ese avión, Olga se tuvo que enfrentar a dos grandes dificultades: el estreno de la serie documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ y el despido fulminante de su marido, Antonio David Flores, de Mediaset España.

El ataque de nervios de Olga Moreno

Como decimos, el contexto en el que Olga Moreno entró en ‘Supervivientes’ no fue el mejor. Eso produjo que las primeras semanas viésemos a una Olga Moreno algo desequilibrada por su fijación con la docuserie de Rocío Carrasco y lo que en ella se contaba sobre su familia. Fueron varias las conversaciones que mantuvo con Marta López, en las que la empresaria andaluza analizaba en profundidad el pasado de su familia con la intención de defender a Antonio David. Las semanas fueron pasando y Olga comenzó a centrarse en el su aventura en los Cayos Cochinos. Las menciones a su familia se redujeron de manera considerable y pudimos empezar a ver a la Olga superviviente. Luchando y ganando algunas de las pruebas y erigiéndose en una de las líderes de Cayo Paloma. Sin embargo, los cambios sucedidos en las últimas horas han vuelto a desestabilizar a la andaluza.

La organización decidió alterar la convivencia de los concursantes propiciando un cambio de localización. Los desterrados ocuparon Cayo Paloma y viceversa. Este movimiento no sentó nada bien a Olga, que mostró su enfado por el nuevo hogar en el que les había tocado vivir. Por si esto fuera poco, este domingo, dos de sus apoyos más grandes, Alejandro Albalá y Melyssa Pinto, lograron el pase para volver a Cayo Paloma tras ganar dos pruebas. Un duro golpe para Olga.

Por todo esto, Olga se mostró totalmente rota y derrotada en lo que restaba de gala. Mandando mensaje desperados hacia su familia. Familiares a los que no ha podido ver todavía, ya que es la única superviviente que en los 80 días de aventura no ha tenido ninguna visita. Por eso, lo dejaba patente con unas breves palabras mientras rompía a llorar: “Necesito a mi hija. Son muchos días mucho tiempo y necesito a mi hija". Veremos qué es lo que acaba sucediendo, lo que tenemos claro es que no será su hija la que vaya a visitarla a Honduras. Será una de sus hermanas. Una decisión polémica que ya causó un gran debate en torno a la figura de Rocío Flores, que es quien la está defendiendo en los platós de Telecinco.

Olga y Tom se describen

Como se ha convertido en costumbre, los fines de semana en ‘Supervivientes’ son sinónimo de “Un mensaje en una botella”. Una sección del ‘reality’ en la que los supervivientes contestan de forma individual y en privado a cuestiones personales o relacionadas con la convivencia. Precisamente este último tema ha sido el protagonista de este sábado. El primero en pasar a recoger el pergamino que estaba dentro de la botella ha sido Tom Brusse. Uno de los concursantes más queridos que, según gran parte del público, está llamado a ser uno de los finalistas.