Así ha sido la actuación de Miki en el festival de Eurovisión 2019

El representante español, que desbordó alegría y color con "La venda", sólo pudo alcanzar el puesto 22 en la gran final
El español Miki hace bailar al público con 'La venda'

El español Miki hace bailar al público con 'La venda'.

  • EFE
CADENA 100

Coordinador digital del Grupo COPE

Tiempo de lectura: 2’

Sólo quedó la alegría. España llevó este año la fiesta y el color a la final del festival de Eurovisión 2019 con Miki y "La venda". El tema, un pop con influencias de rumba catalana y ska compuesto por Adriá Salas del grupo "La pegatina", puso a bailar a los 7.500 espectadores que vivieron este sábado en directo la gala dentro del pabellón 2 de la Expo Tel Aviv (Israel). La charanga y la verbena se conjugaron en una actuación llena de luz y energía y con un Miki sonriente y vocalmente correcto que no se detuvo ni un momento para coger aire. Sin embargo, el derroche de fiesta no fue suficiente para conseguir más allá de un puesto 22 y 60 puntos. España fue la peor valorada por el jurado (6 puntos de Bielorrusia y 1 de Rusia) y 53 del televoto (12 de Portugal, 7 de Francia, 6 de Bélgica, 5 de Suiza e Israel, 4 de Chipre y Grecia, 3 de Países Bajos, 2 de Reino Unido, Azerbeiyán y Serbia y 1 de Dinamarca) 

"La venda" es, sin duda, diversión y baile. Y estos ingredientes fueron fundamentales en la puesta en escena que el diseñador artístico griego Fokas Evangelinos ideó para la propuesta española. Además, la escenografía estuvo trufada de elementos. Miki arrancó la canción subido a una estructura en forma de casa. El 'triunfito' ocupó una de las seis 'habitaciones' en las que se dividía la vivienda mientras otros cuatro de sus bailarines se situaron en el resto de los espacios. Miki recorrió cada una de ellos 'despertando' a sus habitantes como una acción metafórica de evasión de la rutina diaria. Juntos, salieron de la estructura y en el estribillo animaron al público a bailar con una coreografía sencilla. Justo después, la controvertida marioneta de tres metros de altura - apodada por la propia delegación como 'Paco' - hizo acto de aparición y realizó el gesto simbólico de derribar la estructura mientras Miki y el resto de bailarines empujaban en sentido contrario en un breve 'duelo' de fuerzas. Dicho robot simbolizaba la opresión de la sociedad a la que estamos sometidos, el sistema que viene a zarandearnos o que nos dice hacia qué dirección tenemos que ir. 

Victoriosos tras dicho combate, Miki y el resto de bailarines salieron de nuevo de la casa y repitieron la sencilla coreografía del estribillo. En el puente del "lo que ere", Miki sacó además una cámara go pro y comenzó a grabar al público entregado a la canción, una imagen que se vio reflejada en el fondo del escenario. Al final, tanto él como el resto de bailarines caminaron por el satélite del escenario animando al público a unirse a la fiesta. Y es que pese a las obligaciones y a la sesión de opresión, "La venda" te invita a vivir y bailar. 

Como vestuario, el representante español llevó zapatillas deportivas blancas, pantalón y camiseta azul marino de rayas finas. Un vestuario elegante, cómodo y juvenil que le permitió moverse con soltura en el escenario junto a sus cinco bailarines y coristas, también con deportivas blancas y vestidos de verde oscuro, gris y azul claro (los chicos) y verde chillón y morado (las chicas).

El público recibió con una sonora ovasión la propuesta española, la última de las 26 que sonaron este sábado en la gran final. 

CADENA 100