El alto peaje económico que tuvo que pagar Jesulín de Ubrique para poner fin a su corta carrera musical

El diestro, una de las estrellas de la segunda edición de 'El Desafío', se sentó en 'El Hormiguero' para hablar de diferentes aspectos de su vida
Jesulín de Ubrique explica los sinsabores por los que atravesó durante su etapa en la música
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Jesulín de Ubrique se encuentra en medio de un momento dulce. Muy dulce. En lo personal, no se puede obviar que está esperando su tercer hijo al lado de María José Campanario, el cuarto contando con su primogénita Andrea Janeiro, nacida de su relación con Belén Esteban. En lo profesional, ya hemos visto cómo ha regresado a la pequeña pantalla por todo lo alto convirtiéndose en uno de los concursantes mejor valorados de la segunda edición de 'El Desafío'. Precisamente esto es lo que le llevaba en la noche de este jueves a sentarse en el plató de 'El Hormiguero' en una intervención en la pequeña pantalla que no veíamos desde hace años.

Allí, ante Pablo Motos y en un ambiente relajado, se sinceraba sobre lo que ya estamos viendo cada viernes en 'prime time': que es "muy peleón" y eso le ha llevado, en muchos momentos, ha forzar su cuerpo hasta límites insospechados. Pero, quizás, lo más curioso de su participación es lo que aún no hemos visto. Porque, anoche, en 'El Hormiguero' se podía ver un fragmento de la prueba en la que hará una versión en formato teatro musical de ese 'hit' con el que protagonizó titulares en los 90: 'Toa, toa, toa'.



Los sinsabores de su etapa en la senda musical

Y con esa percha, el diestro se explayaba para que conociéramos la verdad detrás de esa breve incursión en el mundo de la música que terminó de manera abrupta... y con él poniendo sobre la mesa un buen puñado de dinero para poder dedicarse al toreo. Porque ambos caminos se estaban interfiriendo. “Vives muy por encima de eso, yo me dedicaba a torear, era mi profesión y a lo que me dedicaba, pero cuando tienes éxito te van ofreciendo cosas…", comenzaba explicando antes de hablar, como nunca antes, sobre ese peaje que tuvo que pagar en aquella etapa: "El mundo del toro era muy complicado y quizá le di pie a mis enemigos para tener una arma con la que atacarme, era como faltarme el respeto a lo que hacía delante del toro y por eso corté por lo sano. Tenía hasta una gira cerrada, pero me perjudicó y tuve que pagar, 50, 60 o 70 millones de pesetas".




"Ahora canto para mí y mis amigos", finalizaba, dando pie a que, además, recordemos que también cantará para la audiencia de 'El Desafío'. Un programa que, además de para devolvérnoslo a la palestra televisiva, está sirviendo para que vuelva a acercarse al público con la naturalidad y carácter campechano que siempre le habíamos recordado. Incluso en sus peores momentos o en esos paréntesis en los que se ha resguardado en la intimidad familia.

Por cierto, que sobre los suyos también soltaba alguna que otra confesión. La mayor de ellas, por un desliz del que se dio cuenta según habían salido de su boca, sobre ese bebé que viene en camino. Porque a Jesús se le escapó el sexo del bebé que están esperando. "Va estupendamente, gracias a Dios", comenzaba respondiendo a la pregunta del presentador valenciano sobre cómo está llevando Campanario el embarazo. "Ya está en la recta final y casi es un niño de 'El Desafío'", una frase con la que dio a entender que lo que están esperando es un varón.

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