La prueba de fuego de Amaia: ¿aprueba o suspende?

La intérprete de 'Quedará en nuestra mente' se ha enfrentado al veredicto de los ciudadanos en la sección de Thais Villas en 'El Intermedio'

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Actualizado 18:44

Amaia Romero está en todos lados tras haber sacado a la venta su primer disco, 'Pero no pasa nada'. Su última aparición en televisión ha sido en el estreno de la nueva sección de Thais Villas, quien se ha autoproclamado representante de actores y cantantes. La colaboradora de 'El Intermedio' ha puesto a prueba la fama de la intérprete de 'Quedará en nuestra mente' y ha preguntado en la calle a varias personas si conocen a la ganadora de 'OT 2017'.

El primero de los entrevistados era un hombre de la tercera edad, que ha dicho que le sonaba por la televisión y la música. No recordaba su nombre, pero sí que había representado a España en 'Eurovisión 2018' con 'Tu canción'. Villas le ha preguntado qué estaría dispuesto a hacer por tener un disco de Amaia. "No pagaría nada porque no tengo tocadiscos en casa. ¿Para qué lo quiero?", ha respondido. La cantante de 'El relámpago' le ha firmado un ejemplar y él ha asegurado que podrá escucharlo en casa de su vecino.

Justo después un joven les ha interrumpido, les ha pedido hacerse una foto con la estrella y ha confesado que es seguidor suyo desde que participó en 'Operación Triunfo'. Sin embargo, la siguiente persona no la reconoció: "No usamos mucho la tele, solo para las noticias y El Intermedio".

"Estaba a punto de llorar"

A principios de septiembre, Amaia promocionó su nuevo disco en 'El Hormiguero'. La intérprete de 'El relámpago', 'Nadie podría hacerlo' y 'Quedará en nuestra mente' ha contado la situación surrealista que le ocurrió durante un festival. "Después de hacer la prueba de sonido me acompañaron al hotel, me duché, me preparé y salí cuando quedaban veinte minutos para el concierto", ha explicado. "¡Cómo te la juegas!", ha exclamado Trancas.

"Estaba yendo, había mucha gente del festival y me empezaron a decir: "Amaia, que vamos a tu concierto". Y les decía: "¡Ah, sí! Yo también". El Google Maps me llevó hasta la entrada principal, donde estaba todo el mundo, y me di cuenta de que tenía que ir al otro lado del festival, pero ya no merecía la pena", ha señalado Romero.

Pero todo se complicó en cuanto vio dónde estaba: "Eran otros diez minutos, no me apetecía e iba a llegar tarde. Entonces, me puse a hacer cola. Pero, claro, yo no llevaba pulsera y no me dejaban entrar. Fue un momento de cinco segundos de agobio. Dije: "Por favor, tengo que cantar". Y luego vino ya uno y me rescató".

El agobio se apoderó de ella en cuanto pudo acceder al recinto: "Pero luego entré y no salí al escenario, porque el festival tenía una parte de arriba y otra de abajo. Yo estaba en la de arriba, veía mi concierto en la de abajo, el público ya estaba ahí y yo no sabía cómo bajar. Me empecé a agobiar. Estaba a punto de llorar. La gente me sacaba fotos. Yo estaba hablando con el equipo que me estaba esperando. Al final una señora me llevó a unas escaleras que estaban escondidas, tuve que saltar muchas vallas para llegar y llegué tarde. Justo antes de salir tenía el pelo mojado de la ducha. Estaba hecha un cuadro. Pero fue uno de los mejores conciertos".