El original truco de María Castro para que su hija no sufra en su vuelta al cole después de un año juntas en casa

María Castro ha vivido unas semanas complicadas en casa después de dar todos positivo en coronavirus. Su marido José Manuel Villalba, fue el que comenzó con los síntomas, y a él se unieron tanto ella como sus dos hijas, Maia de 4 años y Olivia, de apenas 3 meses, y sus padres, que se encuentran con ellos en casa. Pero por suerte después de varios días con síntomas como fiebre y tos, están completamente recuperados y han podido volver a salir a la calle aunque sea a dar un paseo y respirar aire fresco. Y toca volver a la rutina, incluida la pequeña Maia, que ha vuelto al cole después de casi un año sin ir.

Y es que al estar embarazada cuando comenzó la pandemia, decidió que lo mejor era que su hija no fuera al colegio al tener 4 años y no ser obligatorio para preservar la salud de todos. Una decisión muy polémica que fue muy criticada pero que les ha permitido adaptarse en casa como familia de 4 sin necesidad de preocuparse por el virus, hasta que a les tocó volver al trabajo y se contagiaron a pesar de tener mucho cuidado. “Nos mantuvimos un poco al margen de la escuela porque pudimos, siempre pensando en lo que considerábamos que era mejor para ella y sobre todo pensando en su protección, y en la de la nueva familia de 4 en que nos habíamos convertido. Y por las mismas razones, aunque con respeto y por qué no decirlo, miedo... toca volver.”, ha comenzado diciendo la actriz.

La hija de María Castro vuelve al colegio llena de amor

Maria Castro ha querido emplear el mismo método que le funcionó un año atrás con su hija en su primer año de colegio, dibujando en sus manos un corazón rojo para mirarlo cada vez que se echen de menos. Y esta vez ha sido su hija la que lo ha pedido al acordarse de ese método que tanto les funcionó. “Estas son las manitas de las dos la primera mañana...la de la pequeña, como veis, agarrada a mi sujetador al tiempo mama, y ajena a lo que su hermana mayor le dibuja y su significado”, ha explicado junto a una tierna fotografía en la que se pueden ver esos dos pequeños corazoncitos dibujados en sus manitas.

“Mamá... por si tengo morriña en el cole (sí, en una casa medio gallega, hasta los peques hablan de morriña), y me dan ganas de volver a casa, ¿nos podemos pintar toda la familia un corazón? Así estaremos todos conectados al apretárnoslo, como cuando empecé el año pasado el cole, ¿te acuerdas?”, le ha preguntado su hija. “Y yo qué iba a decir?? Que no??? ‘Lo que necesites hija, para sentirte mejor’. Y por supuesto Olivia no iba a pasar sin su corazoncito…”, ha continuado.

El original truco para no sufrir al separarse de la familia

Ya hace un año María Castro explicó en qué consistía este sencillo método que le sirvió coo truco para que su hija no llorase al ir al colegio después de haber pasado tanto tiempo juntas. “El año pasado nos funcionó, cuando con tres añitos, inspirándonos en un libro (‘Un beso en Mi Mano’), se nos ocurrió pintarnos esta máquina de abrazos cada mañana... de forma que siempre que uno de nosotros apretase el corazón, al resto de la familia le llegaría un reconfortante “abraciño””, ha explicado. “Pues parece que vuelve a funcionar, porque tras su primer día me dice: “mamá, no tuve tiempo de apretar el corazón....” ¿Hay mejor señal de que la mañana se le ha pasado volando? No sé hasta cuándo durará la “técnica corazón”, pero me parece tan bonito el gesto, que yo ya estoy pensando en tatuármelo…”, ha concluido, dejando claro que no hay mejor método para sentirse unidas y que el tiempo pase volando hasta poder estar juntas de nuevo.

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