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Las visitas al ginecólogo, a veces, son muy extrañas e incómodas

Mateo & Andrea alucinan con todo lo que puede pasar un día cualquiera en la consulta al ginecólogo

¡Atención! Mañana Andrea tiene cita con su ginecóloga y es que Mateo no tenía ni idea de muchas cosas relacionadas con este tipo de experto. Por ejemplo, se ha enterado hoy de lo que es un potro, que, si a ti te ha pasado igual y no tenías ni idea, se trata de la silla en la que se sienta el paciente para ser examinado. En el fondo, Andrea ha confesado que cuando va al ginecólogo se siente un poco ridícula porque se sienta desnuda, pero con los calcetines. Ahora bien, Mateo está aterrado con el día en el que tenga que ir al proctólogo.

Andrea lleva fatal que cuando su ginecóloga la esté examinando, intente mantener una conversación ella, ya que como dice: “para mí es un momento muy tenso. No puedo tener tu cabeza ahí abajo y hablar, como si nada, del tiempo”. Nos ha comentado que uno de los momentos más horribles es el del “espéculo”: un aparatito que usan para mirarte por dentro y que, según Andrea: “es muy desagradable”. Aunque se lleva la palma ese momento en el que se termina la revisión y te dan un rollo de papel higiénico industrial que ¡raspa lo más grande!

En Mateo & Andrea también hemos querido que nos contases qué es lo peor que llevas cuando tienes que visitar a tu ginecólogo. Mayte nos ha dicho que hace algún tiempo tenía una revisión en el ginecólogo y antes de salir de casa, va al baño, se lava, se preparada y deja a los pequeños en el colegio y va a la consulta. Se “acomoda” y de repente el ginecólogo dice: “Bueno, pues sí que nos hemos esforzado esta mañana”. Claro, Mayte al escuchar ese comentario se queda un poco perpleja porque es un comentario un poco raro. Por la tarde, ya en casa, le dice una de sus hijas: “Mamá, ¿has visto mi purpurina?” Y resulta que la pequeña había dejado su ¡gel de purpurina en la manopla de baño por la mañana!

CUANDO ES BUENO IR AL GINECÓLOGO

Lo ideal, según los expertos, es tener tu primera visita al ginecólogo cuando tienes entre 13 y 15 años. No tiene por qué ser entre esas edades, pero si cuando tengas la primera menstruación. También recomiendan que este tipo de análisis se haga una vez al año, y si es posible, cada seis meses para comprobar que todo está bien, pero si tienes algún tipo de molestia o dolor, lo mejor es que acudas cuanto antes. Una vez que ya has pasado la menopausia, no tiene que dejar de visitar a tu ginecólogo. Lo recomendado es que acudas cuando han pasado dos o tres años al haber pasado la menopausia para ver si puede surgir algún que otro problema. A pesar de ello, muchos expertos recomiendan tener visitas anuales hasta los 70 si tu historial médico es favorable.

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