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Cuando te vas con otro que no es tu marido por culpa de tu vista

Mateo & Andrea te cuentan cuáles son esos momentos en los que no ves tres en un burro

En Mateo & Andrea hemos encontrado un estudio que dice que la gente que ha nacido en el mes de marzo, ve mejor. En él, señalan que este mes se convierte en el mes de los menos propensos a ser miope. Qué suerte poder haber nacido en marzo. A Mateo no le habría venido nada mal. “Es verdad que tú cada vez ves peor, aunque yo tampoco veo tres en un burro”, le ha dicho Andrea. “Menudo equipo formamos. Podríamos patrocinar una óptica”.

Y es que Mateo descubrió que era miope gracias a su profesora de autoescuela, gracias a Manuela. Mateo estaba acostumbrado a llevar los ojos achinados para ver si enfocaba algo. “En las clases prácticas, me saltaba la mitad de las señales. Claro, y no reducía, llegaba tarde a todo... y mi profesora desesperada. 40 clases di, que se dice pronto”. Y entonces es cuando su pobre profesora le dijo “ANDA... VE AL OCULISTA QUE YA SÉ YO LO QUE TE PASA”. NADIE en la familia de Mateo se había dado cuenta de que estaba cegato. De hecho, él se acuerda de que de niño no le gustaba nada ir al cine, porque pensaba que en esas pantallas tan grandes, la calidad era peor y las imágenes no se veían nítidas. “En la tele sí, porque yo me ponía para que la pantalla rozara mi nariz prácticamente, que me hacían chiribitas”.

En el caso de Andrea, su madre se dio cuenta a tiempo. ¿Por qué? Porque ella iba emocionada a buscar a Andrea al colegio y lo que hacía Andrea de pequeña era ir corriendo hacia otras madres que no eran la suya. “Yo veía una señora con pelo corto, caoba y pensaba que era mi madre”. Por eso hemos querido saber cuál ha sido esa vez en la que te has colado por completo porque no tenías ningún enfoque en los ojos.

SONIA, DE ELCHE, por ejemplo, nos cuenta que un día en la playa salió corriendo del agua para tumbarse en la toalla. “Pues estuve un rato tumbada hasta que llegó la propietaria de esa toalla. Fue ahí cuando me di cuenta de que necesitaba gafas urgentemente”. Os podéis imaginar la gracia de llegar a tu toalla y que esté empapada por otra persona. MARISA, DE PORTUGALETE, es miope y nos cuenta que un día, queriéndose dar un baño relajante en casa, confundió la bolsa de sales de baño con la bolsa de gel desinfectante para el váter. “Se me quedó el cuerpo tan azul que parecía un personaje de Avatar”. MARISOL, DE CÓRDOBA, nos cuenta que ayer mismo se lavó el pelo con el champú de su perro. “Es lo que tiene la ducha, que no te puedes poner las gafas debajo del agua”.

Uno de los mejores momentos del día ha sido la llamada de MAMEN, DE ALCALÁ DE HENARES. Ella tuvo un momento más que incómodo por no ver nada de nada. Se le habían roto las gafas y entonces se fue sin ellas al súper con su marido. “En un momento, le agarré del brazo, seguí andando como si nada y seguí hablando, que yo hablo por los codos... Pues en estas, giro la cabeza, guiño un ojo para enfocar y me encuentro con un señor que no era mi marido. Lo peor de todo es que le eché la bronca por no decirme nada”. El pobre hombre le dijo que LE VEÍA TAN A GUSTO HABLANDO, QUE NO QUERÍA INTERRUMPIRLE. ¿Y dónde crees que estaba su marido? Pues unos pasos más atrás. Estaba riéndose a carcajadas mientras contemplaba toda la escena como si nada. Le faltaban las palomitas.

MARTA, DE MADRID, nos ha contado que un día iba caminando por el campo con su marido y le dijo. “Mira QUÉ CONEJO MÁS MONO, vamos a ver si se deja acariciar”. Pues no era un conejo, sino una rata grande. Recuerda que esto te pasa por no haber nacido en marzo. No todos hemos tenido la suerte de nacer en ese mes. REBECA, DE SANTANDER, nos ha escrito para decirnos que a ella lo de ser tan cegata le pasó factura en el cine. Le entraron ganas de hacer pis. Bajó las escaleras para buscar la puerta de la salida, pero no la encontró. Pero lo peor no fue eso. “Al volver a mi sitio me confundí de butaca y me senté al lado de un extraño. Poco me faltó para meter la mano en su bol de palomitas”. En su defensa hay que decir que en las salas de cine hay una luz muy tenue.

JORGE, DE OVIEDO, dice que él es muy miope. Tanto, que ha llegado a tirarle pan a las piedras confundiéndolas con patos. LUISA, DE PONTEVEDRA, se dio cuenta de lo miope que era un día de compras con su hijo. “Se estaba portando bastante mal en una de las tiendas y le regañe. Luego me di cuenta de que la bronca se la estaba echando a otro niño y no al mío. La cara de la madre del niño fue un cuadro”. Y REBECA, DE MADRID, también nos ha querido contar su historia. Fue a dar un paseo con su marido y dijo: “MADRE MÍA, LA NIEBLA QUE HAY HOY EN MADRID...”. Pero luego se dio cuenta de que eran las gafas, que las tenía más sucias que el palo de un gallinero.

Y nos ha llamado al 662 100 664 RAÚL, DE MADRID. Él estaba en un restaurante. Llegó, se sentó en una mesa y lo primero que hizo fue mirar a su alrededor hasta ver un plato que tenía una pinta brutal. Entonces pensó: “este para mí”. Cuando llegó el camarero no le pidió ni la carta. Él quería el plato que había visto, un lenguado. Pero el camarero le dijo que es que ellos no tenían lenguados en la carta. Y Raúl se sintió estafado. “¿Cómo que no? He visto el plato de aquella señora y es un lenguado que tiene una pinta buenísima”. Pues resulta que no. Que lo que Raúl había visto era un plato con una servilleta doblada encima. Desde ese día, Raúl siempre mira el menú. Eso sí, con gafas, por si acaso.

Mateo & Andrea te esperan cada tarde, desde las 17h hasta las 20h, en CADENA 100 con la mejor variedad musical. Además, tienen un número de teléfono donde puedes ser partícipe tú también, contarnos tus historias, lo más divertido. Este en un programa donde tú eres la clave: 622 100 664. ¡Llámanos!

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