¿A qué edad se pueden quedar los niños solos en casa?

Hace unos días surgió esta pregunta: ¿A qué edad se pueden quedar los niños solos en casa? Sucedió durante la celebración del cumpleaños de un compañero de clase de mi hija pequeña y las miradas se dirigieron a los padres y madres que tenemos otros hijos mayores. Rápidamente, comenzamos a compartir experiencias, sobre todo para saber si lo “estábamos haciendo bien”.

La verdad es que cada pequeño es un mundo, no te estoy diciendo nada que ya no sepas, pero además la ley en nuestro país no ayuda demasiado. El Código Civil no recoge una edad mínima legal para que un menor se pueda quedar solo en casa, mientras que otros países de nuestro entorno sí parecen tenerlo más claro: 12 años.

En principio, es una edad lógica. Con 12 años, los pequeños comienzan el instituto y, queramos o no, comienza el cambio. En muchos casos ya adquieren la suficiente autonomía para ir a clase sin la compañía de sus padres, siempre y cuando el centro educativo esté cerca del domicilio, quedando con algunos de sus amigos de clase para ir hasta el instituto.

También es esa edad en la que comienza “la rebeldía”:

-“Cariño, vamos al súper a hacer la compra”.

-”¡¡¡Nooooooo!!! Yo no quiero”.

La conciliación a veces se complica

Del mismo modo, la carga de deberes y exámenes complica a veces la conciliación, sobre todo si hay más hijos en la familia. En mi caso, los días en los que la pequeña tiene natación y la mayor tiene que estudiar, esta situación implica sacrificios (o falta de asistencia).

Buscando un poco más de información al respecto, parece que expertos en crianza moderna y psicólogos coinciden en lo mismo. Hay que hacerlo poco a poco y teniendo en cuenta la madurez de los pequeños. Y en el código civil sí que se recoge este aspecto, se considera que un niño tiene suficiente madurez si tiene 12 años o más y, por supuesto, nunca debe quedar en situación de desamparo.

Los menores deben tener claro cómo reaccionar ante determinadas situaciones

¿A qué se refiere con esto? El niño o niña debe disponer de todas las herramientas y recursos a su alcance para no caer en este supuesto. Debe tener a su alcance un teléfono y los números a los que llamar en caso de necesidad o emergencia.

También debe tener unas instrucciones claras, convendría que queden escritas, por si surgen dudas, sobre cómo actuar ante determinadas situaciones. Una de las imprescindibles es la de no abrir la puerta a extraños, así como qué cosas puede hacer y cuáles no. Por ejemplo, no usar la vitrocerámica bajo ningún concepto, pero sí acceso al microondas y a comida previamente preparada en caso de que deban quedarse solos en algún horario que coincida con una de las comidas principales del día o durante muchas horas seguidas.

Otro de los problemas surge cuando el menor debe quedarse a cargo de hermanos más pequeños. En este caso, 12 años sigue siendo una edad a tener en cuenta, pero dependerá mucho de la madurez de los hermanos y su relación con el mayor. No tendremos la certeza de que el pequeño ve al mayor como una figura de autoridad y le obedezca, de nuevo tendríamos que considerar la madurez de los niños.