El único lugar donde Rulo se pone nervioso después de 25 años de canciones: "Me ataco muchísimo"

El artista celebra su cuarto de siglo en la música con una gira modesta para poder disfrutar de su familia y visita 'Hueso en CADENA 100'

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Antonio Hueso despide la temporada de 'Hueso en CADENA 100' con Rulo y la Contrabanda

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Se llama Raúl Gutiérrez, pero todo el mundo le conoce como Rulo. Un nombre que está asociado a La Fuga, pero también a su actual proyecto: Rulo y la contabanda, con quien está celebrando que lleva 25 años en esto de la música. Para ello, ha montado una gira pequeña, porque tiene otros quehaceres a los que dedicarse. Así lo contaba, él mismo, este domingo en 'Hueso en CADENA 100': "Me ha tocado mirar un poco hacia atrás, que nunca lo hago, siempre miro como a lo siguiente, y ha sido bonito revisitar alguna canción que hace tiempo que no toco y que compuse hace muchísimos años. Está siendo un viaje maravilloso. Románticamente, vamos a hacer 24-25 conciertos, uno por cada año de aniversario, porque estoy componiendo y si te haces como 50 del tirón, no haces otra cosa que tocar. Y aparte de esta gira, que estoy disfrutando mucho, quiero disfrutar de la familia y de componer".

Dice lo de dedicarse a los suyos, porque hace nada que nació Andy, el tercero de sus hijos. Y aunque reconoce que es tan despegado como para irse de gira a América y no echar de menos a nadie, también dsvela que "cuando estoy aquí, lo que quiero es cuanta más gente en la mesa". Además, delante de los micrófonos de CADENA 100 ponía en valor a su mujer, María, a la que define como "una leona", y explicaba que, a pesar de que el pequeño tiene tan solo un mes y una semana, ya lleva dos conciertos a la espalda. Porque en su casa se respira música, como bien dice, y como detallaba sobre cómo sus otros dos vástagos están muy implicados en ella: "Ruth, la de 15, toca el piano, también va a una compañía de teatro 'amateur' y hace sus obras... Y Oliver toca la batería y da clases de guitarra, ue no se las doy yo porque no me tomaría en serio. Tiene una pasión por la música... La batería la toca todos los días, estamos en casa locos, porque le pega muy duro. Es bonito que la familia traspira música por todos lados. Sin música nos volveríamos locos del todo".



Lo que permanece en él y canciones inamovibles

¿Ha cambiado algo de Rulo cuando se sube ahora al escenario con respecto a hace unos años? "Lo que no ha cambiado es la pasión", respondía con mucha determinación antes de continuar desnudándose emocionalmente ante Hueso: "Cuando te dicen: 'Que hay de aquel chaval de 17 años que empezó a grabar su primer disco'. Evidentemente han cambiado muchísimas cosas, fíjate todo lo que te pasa en 25 años, en lo personal y en lo musical, que van de la mano. Pero, en cuanto a la pasión, es lo que me daría miedo perder. El meterme en dicos, libros, la gira por América, la ilusión que me da cuando voy a un país nuevo al que no he ido nunca y vas con el miedo del principiante. eso es lo que más miedo me daría. Y luego, antes de subir, siempre hacemos lo mismo: brindamos y decimos: 'Nunca es una noche más'. Me gusta una frase de Woody Allen en una de sus películas: 'Vive como si fuera el último día de tu vida, porque un día acertarás'. Pues estos conciertos, yo los vivo igual".

El artista no dudaba en desvelar algunas cosas muy básicas y esenciales, como si es consciente o no de cuáles son esos clásicos de su trabajo que la gente espera con más ansia en cada 'show': "Se nota que la gente se enciende a tope. Tengo la suerte de que mi público es muy fiel y no está esperando una en concreto, pero sí que es verdad que hay 4 o 5 que lo sabes, lo percibes y lo pones en cierto lugar en el repertorio para que haya en los conciertos esos momentos valle y esos de explosión". O qué debe tener un concierto para que sea perfecto: "Creo que tiene que haver tres ingredientes básicos para que un concierto sea mágico. El lugar es muy importante. Otro es la predisposición del público hacia nosotros. Y al revés. Cuando se dan las tres cosas, es un concierto de 10".




Y ojo, porque de entre esa veintena larga de fechas que tiene en el calendario ya marcadas, hay una que va a hacer que le tiemblen las canillas: su Santander. Nacido en Reinosa, aún sigue allí empadronado porque es un romántico. "Al final, lo de tocar en casa... La gira termina en el WiZink, pero yo sé que no voy a estar ni la mitad de nervioso que en Santader. Yo qué sé, suele ir mi abuelo que tiene 94 años. Mi familia, los amigos del colegio... Me ataco muchísimo, porque toda la semana previa me están mandando mensajes amigos. Es el único sitio donde me pongo nervioso. En el fondo, es lo que he hecho toda la vida: desde los 14 años que me subí a un escenario, no he hecho otra cosa", es otra de esas vivencias que nos ha dejado durante esta charla que ya puedes escuchar completa dando al 'play' en la parte superior de esta noticia.


CADENA 100