Los asombrosos casos de famosos que fueron rechazados antes de alcanzar el éxito

¿Te has encontrado alguna vez con un profeta de estos de los que donde ponen el ojo ponen la bala? A Christian Gálvez se le ha ocurrido, esta semana, echar un ojo a grandes personas, grandes proyectos, grandes éxitos en todos los campos, pero sobre todo en los del entretenimiento y la creación, y también en los de la ciencia o incluso el deporte, que fueron inicialmente ignorados, despreciados o rechazados y después, cuando sus protagonistas los daban ya por perdidos, se convirtieron en grandes éxitos, en verdaderos pelotazos.

El primero que viene a la cabeza es el de Michael Jordan. De pequeño no vivía para otra cosa que para el baloncesto, pero ningún entrenador fue capaz de ver en él un jugador en potencia y le decían que era demasiado bajito. Un verano consiguió colarse en un campamento de verano para chavales con aspiraciones y hubo un entrenador al que le hizo gracia, pero ni así. No le eligió para ningún equipo. Sin embargo, el pequeño Jordan siguió intentándolo hasta que alguien creyó en él y, a base de esfuerzo, logró ser quien es, o sea, una leyenda de la canasta.

Esta historia recuerda mucho a la del jefazo de una empresa de comunicaciones, que el mismo día en que se empezó a comercializar el primer teléfono móvil dijo que eso de los móviles no tenía ningún futuro más allá de las empresas y los grandes directivos, ¡un profeta de los buenos!

Hay otro caso que le ha servido a muchos para entender que para conseguir un sueño es tan importante el proyecto como alguien que crea en él y en su autor. ¿Sabes quién es Stephen King? King siempre quiso ser escritor y peleó como un fiera para conseguir ganarse la vida con la máquina de escribir. Escribió su primera novela, Carrie, estaba recién casado y entonces hizo lo típico: enviarla a más de 30 editoriales. Todas le contestaron amablemente rechazándola. Unas porque no la consideraban comercial, otras porque pensaban que daba mucho miedo. Ah, y muchas ni le contestaron. Su mujer, Tabitha, fue la persona que cuando él estuvo a punto de tirar la toalla le siguió machacando para que insistiera, hasta que un editor se la compró y en cuestión de meses Carrie le marcó el camino para ser quien es y hacer realidad uno de sus sueños. Tenía otro, que era tener una emisora de radio, y ahora es el dueño de tres en Bangor, en Maine, donde sigue viviendo y escribiendo.

Hay otro que se tiene que estar revolviendo todavía en su tumba, el que no contrató a Walt Disney de joven porque pensó que no era suficientemente creativo, o el que rechazó el personaje de Mickey Mouse porque no lo veía y, además, pensaba que podía «asustar a las mujeres».

A JK Rowling le dijeron que no a su Harry Potter más de 10 veces y, a veces, mediante cartas bastante maleducadas y soberbias. Jeff Bezos, el señor Amazon, ha contado que para conseguir el millón de dólares para montar su negocio tuvo que reunirse más de sesenta veces con inversores y más de 40 veces le dieron calabazas. A Steve Jobs llegaron a echarlo de la empresa que fundó, pero él no se achantó y montó dos nuevas. Una de ellas seguro que te suena, una tal Pixar.

En la música hay varias de estas, de profetas. Dicen que Britney Spears rechazó el Umbrella, que luego encumbró a Rihanna, quien años después hizo lo mismo con el Lean On de Diplo. Cuando uno cree en lo que hace y además tiene a su alrededor gente que le apoye y crea en él, más tarde o más pronto uno consigue lo que busca.

'De sábado con Christian Gálvez'

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