El truco viral e infalible para cascar un huevo y que quede perfecto: el secreto desvelado por un cocinero

Algo que parece un gesto muy sencillo precisa de más técnica de la que nos podamos imaginar. Nos referimos a cascar un huevo para cocinarlo. "Estaba viendo aquí una recomendación de un reputado chef que ha desvelado el truco para cascar un huevo en una sartén y que quede perfecto. Es decir, la yema en el centro y la clara alrederor, proporcional", comenzaba explicando Javi Nieves esta mañana en '¡Buenos días, Javi y Mar!', antes de añadir que a él, esto no le convencía para nada. "Que eso es una tontería que nos han enseñado, porque el huevo es como es. Primero, dónde lo partes. Porque claro, lo partes en la sartén y corres el riesgo de que se te vaya la sartén para un lado. También lo puedes cascar con un vaso. Yo pongo el vaso de vino, que siempre cuando cocino me pongo uno. El chef hace una recomendación que es poner papel de horno en la sartén, tiras el huevo con la cáscara y todo, retiras la cáscara y ahí ya puedes mover el papel y retirarlo cuando te quede perfecto", detallaba sobre ese truco que ha ofrecido un cocinero y del que todo el mundo está hablando en las redes sociales.

"Pero vamos a ver, si lo importante del huevo frito es que tenga puntillita", advertía Mar antes de que Javi indicara que eso no es un huevo frito en sí mismo y de que su compañera hiciera una observación muy inteligente y lógica: "Y también, pocos huevos tienes que freír, porque como tengas 10 personas y tengas que freír 20 huevos, a mí no me da tiempo".

El verdadero huevo frito, según Javi Nieves

Ojo, porque más allá de esta recomendación de alguien que se dedica a la cocina de manera profesional, Javi tiene la clave para freírlos y que queden de catálogo: "El truco para el huevo es aceite caliente y no tocar el huevo. El huevo no se toca, no se le echa aceite encima. No se hace nada. Se echa y se retira, no se toca nunca. Mi madre le echaba aceite encima, y eso hace que la yema se quede dura". Mar discrepaba: "Estoy con tu madre, discúlpame. Porque a mí, la yema me gusta dura. Entonces, como tu madre, cojo la palanquita y empiezo a echar el aceite por encima. Si a mí me tenéis que decir cómo me gustan los huevos... mal vamos".

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