¿Por qué nos gusta la comida que odiábamos cuando éramos pequeños?

Existe una explicación científica por la que nos atraen los alimentos que pensamos que nunca comeríamos 
¿Por qué nos gusta la comida que odiábamos cuando éramos pequeños?

 

Tiempo de lectura: 1’

Seguro que tienes una gran lista de alimentos que de pequeño pensaste que nunca comerías pero, ahora que eres adulto, no pueden faltar en tu dieta. ¿Alguna vez te has preguntado cuál es la razón por la que esto ocurre?

Se trata de algo muy común y tiene que ver con la evolución. La lengua está compuesta por cuatro tipos disintos de papilas gustativas, que son unos receptores que, dependiendo de en qué parte se encuentren, detectan mejores unos sabores u otros. Cada persona tiene 10 000 papilas gustativas y todas ellas se van regenerando cada dos semanas. 

En el proceso también intervienen la garganta y las cavidades nasales, que convierten los químicos de los alimentos en aromas. Después, nuestro cerebro se encarga de procesar las señales. Sin embargo, no nacemos con ninguna preferencia de sabor aunque sí podemos acostumbrarnos a un alimento cuanto más nos expongamos a él. 

A medida que crecemos, las papilas gustativas continúan regenerándose pero tardan más en hacerlo por lo que perdemos capacidad de gusto. Por esta razón, cuando crecemos comenzamos a ampliar la diversidad de alimentos que ingerimos y comemos lo que no nos gustaba cuando éramos niños.  

Del mismo modo, tenemos memoria gustativa por lo que en ocasiones, cuando ingerimos algo que nos encanta pero nos sienta mal, dejamos de disfrutarlo e incluso de comerlo porque nuestro cerebro lo asocia a esa vez.  

Podríamos señalar los 40 años como el momento en el que esto comienza a suceder. Una manera de tomar algo que no nos agrada es tapándonos la nariz, ya que reduce el sabor de la comida. Sin embargo, la forma más eficaz es juntar unos sabores con otros. ¡A lo mejor descubres todo un manjar! 

CADENA 100