Lugares inoportunos en los que echarse la siesta

Está claro que a nadie le gusta entrar en un quirófano. Sin duda, se trata de una situación en la que no nos queda otra que guardar la compostura y dejar a un lado los nervios por mucho que nos cueste. Sin embargo, la tensión del momento hace que las anécdotas aparezcan por sí solas tal y como nos habéis contado en el programa de hoy. 

Y es que si nos paramos a pensar en las veces que hacemos el ridículo a lo largo de nuestra vida nos entran ganas de salir corriendo pero la cosa cambia cuando son nuestros hijos los que nos incitan a ello. ¡Somos sus héroes! Y, como tal, debemos cumplir con nuestro deber aunque a veces su inocencia nos lleve a hacer las cosas más disparatadas que nunca se nos habrían pasado por la cabeza. 

Definitivamente, los peques tienen una energía infinita aunque a veces, como todos, necesitan reponer fuerzas y para ello no se nos ocurre un invento mejor que la siesta. ¿Sabías que los niños de entre nueve y doce años desarrollan la capacidad de metabolismo, su comportamiento y memoria con solo veinte minutos de descanso? Sin embargo, a medida que nos hacemos adultos las obligaciones nos lo ponen más difícil. Por eso, en ocasiones llega en los momentos y lugares más inesperados. ¡Nos ha encantado escuchar los sitios más extraños en los que os habéis quedado dormidos!

Pasamos tanto tiempo en el trabajo que incluso podríamos decir que se llega a convertir en nuestra segunda casa. Por eso, seguro que hay un montón de secretos que solo tú y el resto de empleados conocéis. ¿Qué trucos tenéis? ¡Os habéis atrevido a sacarlos a la luz y no nos hemos podido reír más! 

Los niños y Jimeno tienen claro que en el futuro, cuando quieran pedir un aumento de sueldo, sobornarán a su jefe con fotos de sus hijos. ¡Qué ocurrencias tienen! Como las de Fernando Martín en La encuesta absurda. 

¡Te esperamos mañana a las 6!