La lectura "positiva" que podemos extraer de una de las restricciones del coronavirus

Se ha cumplido un año desde que en España se detectó el primer caso de coronavirus en 2020 y nuestra vida, desde entonces, ha cambiado casi por completo. Es evidente que nos enfrentamos a una de las crisis más grandes de la historia y que esta enermedad ha cambiado la forma de vivir y de relacionarnos con los demás. ¿Podríamos sacar alguna lectura positiva de todo esto que estamos viviendo? Entre todas las dificultades, seguramente, podamos ver alguna chispa de luz y es precisamente lo que un reciente estudio ha querido demostrar.

Según una encuesta realizada en estos últimos meses en la que se ha intentado demostrar cuál es la parte positiva de esta crisis, muchos de los encuestados han llegado a una conclusión: el hecho de evitar el contacto con desconocidos es una de las "ventajas" que puede dejar el coronavirus. En España y en países con una cultura de contacto más estrecho, más allá de darnos la mano para saludarnos, solemos abrazar o besar en las mejillas a la persona que nos acaban de presentar y eso, en muchas ocasiones, era motivo de incomodidad para uno de los dos interlocutores. ¿Te pasaba a ti? Las personas encuestadas respondieron que esta es una de las cosas que no echan de menos del día a día pre-pandemia y que, esperan, que una vez termine todo, esta costumbre se adapte y ya no sea tan raro decir que no te gusta saludar dando dos besos.

Algunos datos que arrojaron 'luz' durante la pandemia

En los meses de confinamento, fueron muchas las informaciones que se publicaron intentando dar esperanza y mostrando algunas 'mejoras' que el mundo había vivido en esos meses. Entre las más destacadas, cabe recordar, entre otras, éstas:

• Reducción de los niveles de contaminación. Los niveles de contaminación y emisiones de humos en las ciudades, al detenerse el tráfico, se redujeron considerablemente.
• Venecia dejó una de las imágenes más comentadas: sus canales volvieron a lucir transparentes... ¡y se vieron hasta delfines!
• Los gestos de generosidad entre vecinos se multiplicaron y no era raro ya ver carteles en la escalera ofreciendo ayuda a los vecinos más mayores.

Es un capítulo de la historia realmente difícil pero, como siempre, hay que intentar buscar una chispa de luz y de esperanza. ¡Saldremos de esta!