A la tercera fue la vencida para Conchita, 'La Orilla' y la fabada de Pitingo

La artista brilló en el Teatro Rialto en un concierto en el que combinó la sensibilidad de su música con el sentido del humor de sus discursos entre temas
Conchita sobre el escenario del Teatro Rialto con su gira 'La Orilla'

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"Buenas noches. Muchísimas gracias a los que habéis aguantado 3 cancelaciones", eran las primeras palabras de Conchita, dirigiéndose al público de ese Teatro Rialto, abarrotado, para disfrutar de el 'show' de 'La Orilla' a su paso por Madrid. La artista había arrancado con tres temas más que característicos suyos: 'Hilo Rojo', 'Que Merezca La Pena' y 'Tocando Madera' eran el 'openning' perfecto, cargado de esa sensibilidad que contrastaba con el sentido del humor con el que se refería a todos los que se habían esperado hasta última hora para comprar su entrada y se lo habían hecho pasar tan mal.

Porque así fue su concierto: una mezcla de caricias al corazón con la sutileza de sus composiciones -en palabras de Manuel Carrasco, que tuvo un paso más que fugaz sobre esl escenario para cantar un pedacito de 'Invasiones', es "una de las mejores compositoras de este país"- y de buen rollo con sus anécdotas, todas ellas de lo más pintorescas y que despertaban las carcajadas de unos espectadores entregados al magnetismo de Conchita.

'Balones por los aires', interpretada tras 'Nada que perder', iba precedida de una explicación de sentimientos que, seguramente, más de uno haya experiemntado en primera persona en varias ocasiones: "No sé si os ha pasado alguna vez, dejar a alguien y, al día siguiente, estar bien. Perfectamente. Y todos tenemos una amiga tocapelotas que te dice: 'Date una semana'. Y pasa una semana y estás bien. Y pasa un mes, y estás bien. Y dices: 'Pues voy a hacer una canción'". El resultado no podía ser mejor.

Como tampoco el final de ese viaje lleno de complicaciones, de vuelta de Granada de un concierto en un local muy pequeño. Primero, el GPS metió a Conchita por una calle de la que no era capaz de salir y para la que necesitó que un vecino del pueblo en cuestión se metiera en su vehículo por el maletero y se encargara de sacarlo de allí. Continuando con su camino de regreso a casa, se quedó sin gasolina en medio de una curva y, mientras esperaba a la grúa, empezó a caer una nevada considerable. Solo una cosa pudo remontar un día realmente malo: una fabada que había preparado Pitingo y que estaba esperándola al llegar a casa.

Conchita junto a Pitingo sobre el escenario del Teatro Rialto durante el paso de La Orilla por Madrid


Así que, ¿quién mejor que él para compartir unos minutos antes su público? Lo hicieron con 'Y ahora tú'. Por supuesto, la fabada dio su juego, también, mientras se iba del escenario y como preludio a 'Sálvese quien pueda' y 'Lo Hicimos', esta última, dedicada a una joven que estaba entre el público y a la que, mientras la cantante se dirigía a ella, su padre estaba grabando con todo detalle, inmortalizando para la posteridad una escena en la que ella, Miriam, debía estarse muriendo de la vergüenza. La cantante se encargó de recalcar este punto, provocando un nuevo estallido de risas en el patio de butacas.

Generosidad

Y de esas risas, de nuevo a la emoción. Porque, cumpliendo la promesa que se hizo un día, cuando estaba dando los primeros pasos en la industria, dio paso a una artista emergente. Julia Debis -a quien te invitamos a conocer aquí- llegaba directa desde La Palma, donde tan mal lo están pasando, para aprovechar esta oportunidad que le acababa de conceder Conchita. La dejó sola ante el público, no sin antes pedir al mismo que la cuidaran. Lo hicieron. Con la misma generosidad que ella le cedió su espacio y, de paso, aprovechó para hacer un cambio de vestuario. Eso sí, sin cambiar el color negro: pasó de un vestido a un conjunto de pantalón y camiseta, pero sin variar esa tonalidad sobria con la que consigue que la música sea la única y verdadera protagonista.

El momento más especial de la noche estaba por llegar. 'El Viaje', esa canción que le compuso a su hijo hace apenas tres años, sonó con fuerza y después de una pequeña confesión: "Si ahora la volviese a escribir, cambiaría la primera frase". También para sincerarse sobre lo que está siendo para ella la maternidad, dejando los miedos del principio a un lado para centrarse, única y exclusivamente, en disfrutar de su pichón. Por cierto, que le había prometido que cantaba dos y volvía a casa con él, pero la cosa se alargó.

Conchita y Manuel Carrasco, a dos voces en el Teatro Rialto de Madrid durante el concierto de La Orilla


'Fuengirola' -hace unos días, la cantó allí y se le olvidó la letra, un par de frases-, 'Julio Y Fina' -con dedicatoria especial a los abuelos, que tan mal lo han pasado durante la pandemia-, un tema inédito -promesa a su amiga Andrea Montero, entre los presentes-, '3 Segundos', 'Voy A Estar Bien', 'Tralará'... Las canciones se iban sucediendo y, entre unas y otras, un breve paréntesis: el que hizo para indicar que a la puerta del recinto había un puesto de 'merchandising' y que saldría a firmar los discos. Lo hizo.

Conchita en esencia pura. Un espectáculo de esos que te permiten irte a la cama pensando en que el mundo, con música, es mucho mejor.

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