La rumba de Estopa llega con un videoclip cargado de guiños a sus 25 años en 'El día que tú te marches'

Están dispuestos a que este 25 aniversario, sobre el que van a edificar un regreso por todo lo alto, sea de esos que no olvidemos jamás. Estopa están de vuelta. Se subirán al escenario del estadio de Montjuic, en Barcelona, el 8 de junio, y harán lo propio en el Metropolitano el 22 de ese mismo mes. Lo harán con el repertorio más clásico que todos nos sabemos de memoria porque, en algún momento nos ha acompañado como parte de la banda sonora de nuestra vida. Pero, también, irán introduciendo, durante estos meses, nuevas canciones que vamos a tener que ir interiorizando desde ya. Desde este mismo viernes. Porque han lanzado 'El día que tú te marches', un número 1 con ese sonido de rumba inconfundible del que no se han apartado lo más mínimo a lo largo de estas dos décadas y media de historia. Cuando algo funciona, ¿por qué tocarlo?

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David y Jose presentan con esta canción una producción audiovisual cargada de guiños al pasado. Con ese aroma a medio camino entre la nostalgia y el orgullo de las huellas que se ha sido capaz de dejar en el camino. En los días previos a este lanzamiento ya se había hablado de que ese lugar que servía de escenario no era otro que el taller de coches desde el que saltaron directos a una industria que les tenía reservado un hueco. Y sí, están rodeados de esos Seat Panda rojos que nos hacen viajar con la memoria hasta 1999, cuando se estrenó 'Por la raja de tu falda'. No solo eso, sino que la S de Estopa, en el inicio, aparece sustituida por el logo de esa marca de automóviles que tantos buenos recuerdos les traen.

El punto de partida de 'Estopía'

No faltan todas y cada una de las carátulas de esos 11 discos de estudio que tienen ya a sus espaldas y al que sumarán el que hace la docena en 2024: 'Estopía', del que este 'El día que tu te marches' no es sino el primer adelanto. Las referencias a 'Fuego', por poner un ejemplo de los muchos que se pueden extraer de una grabación que precisaría de un análiis sesudo, las tenemos, por ejemplo, con esa guitarra en llamas. Esas palmas a Jose, tan recurrentes a lo largo de la carrera, aparecen desde el techo del taller en una especie de giro abstracto. Porque, a medida que los elementos se suman a esta especie de 'cuadro móvil', hay instantes en los que llegamos a observar una escena digna del mejor Dalí.

Los hermanos Jose y David Muñoz saben muy bien que tienen un público fiel. De los que están esperando para dar al 'play' según sacan una melodía nueva. Así que, lo mejor es dejar esta nueva pieza dentro del puzle musical que es su obra completa, para que todos podáis comprobar la riqueza en matices y la pureza de esa rumba que ya no podrá vivir jamás sin los Estopa.