"He presenciado faltas de respeto de Ortega Cano": el testimonio que destroza su imagen en plena polémica
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Si José Ortega Cano pensaba que iba a tener una recta final de año tranquila, se equivocaba. A todo el revuelo que se ha originado en torno a su matrimonio y ese cruce de reproches con Ana María Aldón con los espectadores de Telecinco como testigos en primera línea de fuego, se suma ese regreso de Rocío Carrasco a escena con unos documentos de su madre que no harán sino agitar el avispero de los Mohedano y allegados. En ese escenario es el que el diestro se encuentra en una posición desfavorecida, ya que ha habido ciertos testimonios en los últimos días que no van a jugar a favor de obra de su maltrecha salud -esa que tanto preocupaba hace unas semanas a su esposa-.
Sucedió ayer por la tarde. José María Franco, el que fuera chófer de Rocío Jurado, volvía a la carga y se sentaba en un plató de 'Sálvame' que no le es extraño. Consigo llevaba un testimonio sobre el que ya ha incidido en tiempos pasados y que traía de nuevo a la actualidad del mundo del corazón: la de ese trato poco señorial de José a la que fuera su mujer y por la que derramó puñados de lágrima cuando el cáncer se la llevó aquel 1 de junio de 2006.
Telecinco.
"Yo he presenciado faltas de respeto de Ortega Cano", era la tajante frase con la que echar tierra encima de la imagen del torero, que hatenido varios momentos de su vida en los que las sombras han tenido un protagonismo mucho mayor que esas luces en las que ahora se desenvolvía y que pueden volver a apagarse de manera inminente si sale a la luz el contenido de esos diarios que, aseguran, escribió La Jurado contando los entresijos deuna existencia que podría no ser tan brillante como las puestas en escenar que ofrecía a su entregado público.
Broncas y la descripción de los cuadernos que cambiarán la historia
Este ahonda en el asunto sosteniendo que, durante un verano, fue testigo de una de esas broncas que eran más habituales de la cuenta en casa del matrimonio. Al estar las ventanas abiertas, escuchó a la perfección cómo ella le pidió que fuera a por un becerro porque el médico había recomendado que Rocío Carrasco comiera más proteínas y él se negó, alegando que esas reses eran suyas y no tenía intención de sacrificarlas por la hija de su esposa, añadiendo un reproche que prendió la llama: "Si tú no has pasado ni una vez la contribución de la finca".
José María Franco era el encargado de comprarle las libretas a Rocío Jurado: "Yo he presenciado faltas de respeto de Ortega Cano" https://t.co/Ey0y1oip7e
— Sálvame Oficial (@salvameoficial) August 26, 2021
José María explica cómo Carrasco y Antonio David Flores presenciaron esos encontronazos, que eran más que continuos en una casa de la que Ortega Cano quería echar a la hoy expareja y ante lo que Rocío madre se plantó una y otra vez, recordándole al diestro que la vivienda era suya y se haría como ella mandara. Unos enganchones de los que los Mohedano eran conscientes, pero a los que les faltó arrojo para plantar cara a José y pararle los pies ante las presuntas faltas de respeto a quien era su esposa.
Más allá de los rifi rafes, de los que ya había soltado prenda en ocasiones anteriores, Franco arroja más luz sobre esos famosos cuadernos que hicieron las veces de diarios de Jurado y que, ahora, podrían ocasionar un auténtico bombazo en medio de esa ruptura de silencio de Rocío Carrasco. De hecho, asegura que era él mismo quien iba a comprárselos para que pudiera escribir a gusto todo lo que se le pasaba por la cabeza. Es más, detalla que eran de tapas azules y con anillas: "Yo iba a comprarlos, y ella escribía por la mañana, cuando Ortega Cano salía por la puerta".
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