Pablo López abre la jaula en Madrid: "No hay toque de queda para el corazón"

Que Pablo López es pasión, es algo que no vamos a descubrir ahora. El cantante malagueño es de esos por los que merece la pena pagar una entrada, aunque solo sea por lo en serio que se toma cada uno de sus espectáculos y por cómo se entrega, hasta la extenuación, en el ejercicio de compartir sus creaciones con un público que ha sabido estar a su lado en las duras y en las maduras. Este domingo, la alfombra roja del WiZink Center se desplegaba para que el malagueño abriera sus alas y nos dejara pasar por la puerta de esa jaula que le ha acompañado durante meses por toda España y a la que aún le queda una exhibición más antes de rematar este 2021 mágico por lo que ha supuesto para la música el regreso tras la pandemia -será el 29 de diciembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona-.

Potencia, música y reflexión

Pero regresando a lo que nos ocupa, a esas dos horas en las que su piano se llevó la parte de protagonismo que él mismo le da cada vez que se sube al escenario, Pablo tocó todas y cada una de las almas -entre ellas, CADENA 100 presente- congregadas en un recinto que este fin de semana ha celebrado la música como pocas veces -no podemos olvidar que, tanto viernes como sábado, fue Dani Martín el encargado de ponerle banda sonora a la capital de España-. "Bienvenidos a vuestra casa, donde sólo hay almas, besos, amores confesables. Esta noche lo hacemos a tempo y no hay al tiempo", era una de esas primeras frases con las que es capaz de acariciar lo más profundo de los corazones.

López, cabalgó con paso firme -y con mayor o menor ligereza, según pidiera lo que estábamos escuchando en cada momento- por esos clásicos que le han llevado a ser quien es en la industria de la música, pero también por sonidos que, igual, han tenido menos predominancia durante estos años en los que ha conseguido situarse como una de las estrellas del firmamento musical español que más brillan. No era de extrañar que quisiera lucierse como nunca tocando lo de siempre, porque entre esas miles de gargantas que coreaban sus creaciones, se encontraba la mujer más importante de su vida. Su madre ha estado entre el público en varias de las paradas de López de este año de su gira. Anoche, también fue una de ellas.

Y entre 'La Niña De La Linterna', 'Lo Saben Mis Zapatos', 'Tu Enemigo', 'El Patio' o 'Mama No' -algunas de esas piezas escogidas con toda la intención para una velada en la que abrir su jaula en un escenario apoteósico, con todo ese juego de luces y colores que le lleva acompañando meses-, su madre y todos y cada uno de los afortunados que le pudieron ver en ese WiZink Center, pudieron escuchar esas frases con las que ya es habitual que intercale sus 'shows'. "El ángulo perfecto en la vida (fuera de filtros y perspectivas) es hacer lo que te de la gana sin joder a otros", era una de esas pequeñas lecciones que le gusta regalar cuando se encuentra a gusto.

Aunque, sin duda, y después de todo lo que la pandemia nos ha hecho vivir, desde CADENA 100 nos quedamos con una frase rotunda y muy significativa. De esas que se convierten en 'claim' o 'leit motiv': "No hay toque de queda para el alma". Si viniera otro confinamiento, que sea siempre con Pablo López sonando de fondo, porque sabe muy bien qué teclas tocar para inspirar, sanar y dar refugio.

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