Natalia Figueroa, la aristócrata y periodista que se alejó de su vida por amor a Raphael

El cantante reconoce que no habría logrado una carrera tan brillante de no ser por el apoyo de su mujer, con la que lleva casi 50 años casado.
Natalia Figueroa, la aristócrata y periodista que se alejó de su vida por amor a Raphael
Raphael y Natalia Figeroa en la premiere de la pelicula 'Mi Gran Noche' en Madrid.
  • Diego Puerta

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'Raphael 6.0'. Ese es el nombre del disco que, poco antes de que acabara el pasado año, lanzaba al mercado el artista de jienense. 12 duetos con artistas como Pablo López, Alejandro Fernández, Luis Fonsi o Mon Laferte más un tema en solitario que, ahora, tendrá su gira. Un 'tour' que comenzará el próximo 13 de junio en Barcelona. Y con motivo de la promoción de ese espectáculo, este fin de semana se sentaba en el plató de 'Viva la vida'. Allí recordaba cómo este proyecto surgio durante el confinamiento y lo importante que fue la ayuda de su mujer, Natalia Figueroa, a quien no dudó en realizar una declaración de amor en directo.

"No todo lo que he vivido ha sido bueno, ha habido momentos mejores y peores, pero de todo he aprendido... Siempre que me equivoco intento arreglarlo lo más rápido que puedo", se confesaba ante la presentadora del espacio de Telecinco, Emma García, justo antes de dedicar esas palabras al pilar fundamental de su vida y de buena parte de su carrera profesional: "Esta aventura sin mi mujer hubiera sido imposible. Es la mejor mujer que se pude tener y la mejor madre para mis hijos... Llegó un momento en el que incluso se vinieron conmigo de viaje, íbamos todos juntos". Este reconocía que, si ha podido compaginar su carrera profesional con la vida personal, ha sido gracias a la implicación de Natalia para permitirle esa conciliación.

Raphael durante su entrevista en Viva la vida

Telecinco.


Y lo cierto es que Natalia ha jugado un papel fundamental para uno de los artistas más internacionales con los que cuenta nuestro país. Empezando por el hecho de que, con el paso de los años, y según se afianzaba su relación con el artista, se volcó en apoyarle y fue dejando de lado su profesión: la de periodista. Nacida en San Sebastián hace 81 años, se formó en el mundo de la comunicación y pasó por TVE -presentó, entre otros formatos, 'Luz verde' o 'Por los caminos de España'- o por Cadena COPE, donde fue colaboradora habitual durante el tiempo que María Teresa Campos estaba al mando de 'La tarde de COPE'. Un sacrificio, el de ella, por completo amor. Y una historia de amor que está próxima a cumplir el medio siglo de manera oficial, desde su 'sí, quiero'.

Una boda (casi) secreta

Figueroa se casó con Raphael el 14 de julio de 1972 -o lo que es lo mismo, el próximo año celebrarán sus bodas de oro-. Desde entonces, se han mantenido fieles el uno al otro, haciendo bueno aquello de "en la salud y en la enfermedad". Sobre todo, cuando en 2003, el de Linares tuvo que someterse a un transplante de hígado. Volviendo a la celebración, quisieron los novios mantener el secretismo casi hasta el propio día. Algún testigo del casamiento relató hace años cómo se les pidió discreción para evitar la presencia de la prensa y se les facilitó la ubicación muy cercano al momento de caminar hacia el altar.

No les sirvió de mucho, porque en la fecha elegida por la pareja, los medios de comunicación estaban presentes a las puertas de la iglesia de San Zacarías, en Vencia. Con resignación, y sabedores del enorme cariño que despertaban como pareja en el público, posaron. Fueron portada de '¡HOLA!', 'Semana' o el diario 'Yale'. Con cordialidad y demostrando que ella, además de haberse convertido en personaje público en su condición de mujer de Raphael, era compañera de profesión, no convirtieron su boda en una blindada de las que se estilan en los tiempos modernos en el universo rosa.

Raphael y Natalia Figueroa en una imagen de archivo

Natalia, la mujer del cantante Raphael visitando Linares durante sus fiestas.Pedro Pizarro



Lo cierto es que, a pesar de que ha vivido siempre a la sombra de la figura que representa Raphael en el ámbito de la cultura, Natalia proviene de una familia influyente y tiene galones de Grande de España. Nieta del conde Romanones se convirtió en marquesa de San Floro en 2006 -cuando se aprobó la ley que reconocía la igualdad de sexos a la hora de heredar los títulos familiares, bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero-. Una saga a la que, en un principio, no le hacía mucha gracia que Natalia se casara con un hombre proviniente del mundo del artisteo.

De hecho, en los círculos de la alta sociedad madrileña en los que se movían los Figueroa, se apostaba porque la relación sería de 'corto recorrido', como se decía en la época. Se equivocaban. Mucho. A las puertas de esos 50 años de casados, Natalia no solo ha sido el pilar silencioso en el que se ha apoyado Raphael en sus largas jornadas de composición o en los viajes, sino que ha sabido cumplir, a la vez, con su papel de madre entregada a los tres hijos nacidos de su relación: Jacobo, Manuel y Alejandra.

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