Pau Donés un año después de su muerte: reproducciones por millones y entradas agotadas en 15 minutos
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El 9 de junio de 2020, la vida de Pau Donés se apagaba. Lo hacía después de cinco años plantándole cara al cáncer de colon. Lanzando mensajes positivos desde sus sesiones de quimioterapia y mostrando los entresijos de una lucha a la que terminó por sucumbir. Lo hizo en un entorno incomparable: la casa de su propiedad situada en el Pirineo catalán y desde donde realizó su última entrevista. Ese reportaje con Jordi Évole a los mandos al que puso el nombre 'Eso que tú me das' como guiño a ese último tema que vio la luz días antes de su muerte -y que, llegados a este punto, cuenta con más de 51 millones y medio de reproducciones-.
Han pasado 365 días. Y las melodías que acompañaron su vida laboral, siguen sonando. Algunas, incluso con más fuerza. Porque lo cierto es que un buen puñado de esas canciones con las que triunfó entre finales de los 90 y principios de los 2000 de la mano de Jarabe de, han regresado a escena con su fallecimiento. No solo sus temas más emblemáticos -como 'La flaca' o 'Bonito', dos auténticos himnos de la banda-, sino otras creaciones que podían haberse quedado arrinconadas en nuestra memoria, han experimentado un resurgir. Porque a Pau le dio tiempo a dejar un legado musical compuesto por 14 discos y 5 álbumes recopilatorios.
Arrastrando masas
Un regreso de esas letras y melodías con las que su público parece haberse puesto de acuerdo para rendirle homenaje. Los datos son los que son. No mienten. Arrojan un panorama de cariño y respeto hacia su obra. Para darnos cuenta de ello, tan solo hay que darse un paseo por Spotify, donde Jarabe de Palo cuenta con más de 5 millones de oyentes mensuales. En la lista de reproducción de 'highlights', aparece 'La flaca' -con casi 280 millones de reproducciones en el histórico a nivel global- capitaneando un 'ránking' en el que, 'Eso que tú me das' -31 millones de reproducciones-, se encuentra en el tercer peldaño, justo detrás de 'Agua' -106 millones largos-.
El tirón que sigue teniendo y las ganas de rendirle tributo de manera inagotable, se demostraban, de nuevo, este mismo lunes. Dos días antes de ese primera aniversario sin Donés, el Sonna Huesca sacaba a la venta las entradas para el homenaje a Pau en el marco de su festival. Será el 24 de julio en la localidad de Montanuy -donde poseía una de sus casas- y, en tan solo 15 minutos, desde la organización colgaban el cartel de 'sold out'. En total, 450 personas podrán disfrutar de un evento para el que se apartaban 150 entradas para los vecinos del pueblo. El resto, se podían adquirir al precio simbólico de 3 euros.
En lo que sí se ha perdido ritmo es en las redes de Jarabe de Palo. Pau era el alma y espíritu de un grupo del que se distancio a modo de año sabático en la recta final de la enfermedad, para poder centrarse en pasar tiempo con Sara, su única hija y una de las dos personas que heredaron todo ese imperio levantado por el músico -la otra, su hermano Marc-. Si él era partidario de compartir desde sus trabajos hasta instantes de lo cotidiano, desde que falta, en el perfil oficial de Instagram del grupo tan solo se han realizado 9 publicaciones. La primera de ellas, para despedirse de su compañero y 'alma mater'.
"La família Donés Cirera comunica que Pau Donés ha fallecido el día 9 de Junio de 2020 a consecuencia del cáncer que padecía desde Agosto de 2015. Queremos agradecer al equipo médico y todo el personal del Hospital de la Vall de Hebrón, Hospital Sant Joan Despí Moisès Broggi, ICO (Institut Català d'Oncologia), Servei de Paliatius del Hospital de Viella y al VHIO (Instituto Oncológico de la Vall Hebrón) todo su trabajo y dedicación durante todo este tiempo. Pedimos el máximo respeto e intimidad en estos momentos tan difíciles", eran las líneas que acompañaban a una foto de este en blancoy negro.
La herencia material
Todo lo anterior son creaciones que, si bien reportan unos beneficios económicos, pertenecen al terreno de lo intangible. En cuanto a esa herencia material que dejó a su hija y su hermano, lo cierto es que en los últimos tiempos de lo que se ha hablado es de la casa donde vivió sus últimos días. Esa ubicada en plena naturaleza y que puso él mismo a la venta en vida. Una mansión -912 metros cuadrados levantados sobre una parcela de 6.000- ubicada en el Valle de Arán y que tiene un precio de 2,3 millones de euros. A pesar de que pasa el tiempo y no hay comprador a la vista, la familia se niega a deshacerse de ella por menos dinero. No les corre prisa y es una manera de respetar las voluntades de Pau.
Además, desde la inmobiliaria se advierte de que, si no hay una garantía mínima de que quien llama lo hace con unas mínimas intenciones de adquirir el inmueble. no se le atenderá ni enseñará la propiedad. Una manera de ahuyentar a los morbosos y curiosos que tan solo pretendan echar un vistazo por haber sido el domicilio de quien lo fue.
Amén de esta, que está considerada como la joya de su corona inmobiliaria, Pau adquirió una casa en la mencionada Montanuy donde se le homenajeará, y contaba con otros dos: en Barcelona y Formentera. Una manera inteligente de ir invirtiendo todo lo que ganó durante el cuarto de siglo en el que le dio tiempo a entregarse a la música y a su público. El mismo que, ahora, le ha convertido en inmortal a través de sus canciones.
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