La extraña y nueva moda musical del pop: usar mayúsculas para los títulos de sus canciones y discos

En las últimas décadas parece que lo extraño es encontrar un disco cuyos títulos de las canciones o el propio nombre del artista esté escrito como nos lo enseñaron en la escuela, primero mayúsculas y después la minúscula, al más puro estilo libro de caligrafía, más de uno cree que es mucho más transgresor mantenerse en este tamaño, algunos incluso prefieren mezclar los signos en un bamboleo constante de tamaños.

Los nombres de los artistas también han absorbido esa extraña moda en los últimos años en el que todos sus discos , canciones o incluso la forma de presentar su merchandising parezca de lo más caótica o antiestética. Este verano incluso hemos sido testigos de como dos joyas han caído directamente desde la industria y se han elevado hasta lo más alto del olimpo de los dioses de la música más escuchados.

Rosalía y Beyoncé pioneras en esta moda

El disco ‘Motomami’ de Rosalía y ‘Renaissance’ de Beyoncé, muestra perfectamente esa dicotomía entre modernidad y transgresión precisamente en el detalle de usar mayúsculas para casi todos los títulos de los temas. Es como si el cantante quisiera decirnos algo… ¿Os acordáis de cuando la gente escribía en mayúsculas era sinónimo de estar gritando? Pues eso parece que hacen precisamente nuestras artistas, gritar que aquí están ellas y sus creaciones y que han llegado para quedarse y subir a lo más alto de todas las listas de escuchas y streamings.

Y es que si algo ha destacado de los dos últimos proyectos musicales de estas dos grandes artistas es precisamente su capacidad de evolucionar hacia un punto desconocido que poco o nada tiene que ver con lo que han hecho previamente y que solo busca experimentar con los géneros sin necesidad de desembocar en un nicho musical específico. Nos atreveremos a decir que esta forma de escribir no es sino otro modo de decirle a sus seguidores que van a seguir jugando con todo, con la multiplicidad de letras, sonidos, estéticas y géneros que se les pongan por delante, no teniendo ningún miedo a lo nuevo que surja.

Gusto por lo 'aesthetic'

El gusto por lo llamado ‘aesthetic’ no es otra cosa que el rechazo ferviente de todo tipo de cánones impuestos por el mundo, y si antes lo que se buscaba en la portada de un disco era el orden y uniformidad cromática, ahora cuando más rompedor, mejor. Si parece mecanografiado molesta, pues el rollo garabato o manuscrito está últimamente en todas las tendencias del momento y así lo demuestra la carátula del ámbul ‘Motomami’ que parece sacada de alguno de los blocs de notas viejos de la artista, que ha juzgar por su metodología de trabajo en el estudio no no extrañaría nada que aquello surgiese de una forma tan natural y orgánica como esa. Automáticamente nos da por pensar la semejanza que guarda que estas artistas estén absolutamente consagradas como superestrellas de la música con el hecho de que se atrevan precisamente a romper todas las reglas estéticas en cuanto a las tipografías de sus discos que inicialmente le pueden gustar o prefieran recomendar más las discográficas.

Posibles teorías de este uso de mayúsculas

En un reciente reportaje de ‘El País’ se ha investigado sobre esta tendencia tan vanguardista y han encontrado cierta explicación en el hecho de que en inglés se escriba en mayúscula la primera letra de cada palabra dando igual si es nominativo, adjetivo y verbos, algo que viene de la primera versión de la Constitución americana. De ahí que las canciones de los artistas como por ejemplo ‘Bad Romance’ de Lady Gaga se escribe así y no ‘Mal romance’ como en español. Quizá en esta explicación se entienda que artistas muy influenciados por la cultura anglosajona de sus productores de Miami o Nueva York como Bad Bunny o Rosalía presenten sus nombres, discos y temas en mayúsculas (‘DESPECHÁ’ o ‘BREAK MY SOUL’) Otros artistas como Belén Aguilera decidió presentar así su disco SUPERPOP.