El emotivo discurso de Malú en su nombramiento como hija predilecta de Algeciras: "Cómo resumir todo lo..."
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Hace unos días, se conocía la noticia: Algeciras tenía previsto nombrar hija predilecta a Malú. Una mujer que, a pesar de ser madileña de nacimiento, tiene unas raíces familiares muy profundas que le unen a la localidad gaditana en la que acaba de dar un precioso discurso en el que recorre todos esos recuerdos que tiene bien asentados de un lugar que es igual de especial para ella que viceversa. Pero como lo mejor es dejar paso a la protagonista, por aquí dejamos el texto íntegro que pronunció y que ella misma ha compartido en sus redes sociales para que podamos disfrutar de él cuantas veces queramos.
"Algeciras, llevo días pensando qué decir, qué contaros... Cómo resumir todo lo que querría deciros... Pero me he dado cuenta de que eso es imposible. No se puede resumir una infancia, es imposible resumir la intensida y la pureza con la que se ve la vida desde los ojos de una niña. Una niña que la primera vez que vino tenía el cordón umbilical, una niña que aquí dijo sus primeras palabras, aquí tuvo sus primeros amigos, aquí se dio su primer beso y aquí, de la mano de su tía Lourdes, aprendió a nadar.
Los detalles de su madre
Cuando tocaba, mi madre me levantaba temprano para ir al mercado. Recuerdo muchas mañanas en las que el peñón estaba totalmente cubierto por la niebla, algo que podía advertir que, ese día, iba a hacer malo, pero siempre estaba ella para recordarme 'que mañanita de niebla, tarde de paseo'. ¡Y así era! Nunca se equivocaba. Pocas veces lo hace. Nos íbamos al mercado, desayunábamos nuestro pan con manteca colorada y nos paseábamos por los puestos para hacer la compra. El día que se paraba en el puesto de los habíos del puchero, mi hermano y yo contábamos con que ese día la digestión sería larga y que íbamos a pasar bastante rato sentados en la playa mirando el reloj hasta que pudiéramos volver a meter un pie en el agua.
Aquí éramos libres, no había miedo a nada, era nuestra casa, nuestra plazoleta, nuestra familia... La casa de tita Lourdes siempre estaba abierta por si querías un vaso de agua o un remedio infalible para quitarnos el alquitrán de los pies cuando tocaba. Al otro lado, Dolores, sipuesta siempre a darte gloria de comer.
También es imposible resumir el arte que se respiraba, los aperitivos en el patio de mi tío Ramón que, cuando te querías dar cuenta alguien había sacado una guitarra, y mi bellísima tita María ya empezaba a enotonar su 'agua de coco'... Por supuesto, la Ricarda no podía quedarse atrás y seguía 'como la hiedra al sauce'. De ahí ya no nos sacaba nadie. Ni a nosotros ni a todo el que venía de la playa a participar.
Esas personas imprescindibles
Las duchas improvisadas con la manguera en el patio de mi tío Antonio y ese bidón que llenaban de agua para que los primos nos pudiéramos bañar juntos. El día de la Virgen de la Plama y nuestras madres velándola en la plazoleta toda la noche... Esa noche nos encantaba, porque podíamos recogernos mucho más tarde. Cuando venía la Virgen del Carmen y no sabías dónde meterte porque esperaban a que estuvieras vestido para sacarte de tu casa si hacía falta para tirarte al mar.
Las chuches del puesto de la Petoca, los cubos de zotal que nos tiraba la abuelita para que dejáramos de comer pipas en su puerta. Rebeca, Vanesa, Paqui, Mariana, Aldonaya... ¡mi equipo! ¡Las que formábamos! Mis primos, Maite, Lucía, Ana Mari, Rocío, Ramón, Antonio... mis escuderos, siempre estaban pendientes.
Aquí, por teléfono, hace ya 26 años en el patio de la casa de mis padres -ese patio que a tantos artistas vio pasar- di el tono de 'Aprendiz'. Mi primera canción y con la que empezaría mi carrera. Este es mi refugio, el lugar al que siempre quiero volver. Dice Sabina en una canción, 'al lugar donde fuiste feliz no deberías tratar de volver'. Y es muy cierto. Es muy fácil idealizar los lugares en los que has sido feliz y, al volver, llevarte un chasco... Pero aquí, no. Aquí no pasa. Aquí sigo siendo feliz. Aquí sigo cargando pilas. Aquí descansa mi familia, Aquím en la iglesia del Corpus Christi, me bautizaron. Aquí están mis raíces y aquí, siempre que puedo, traigo a mi hija. Al lugar donde su madre fue y sigue siendo feliz. A la que, para mí, es la mejor plata del mundo: mi playa del rinconcillo. ¡Mi Algeciras, 'mare'!
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