Alicia Keys: dos décadas en el mundo de la música, una vida llena de luces y sombras
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Este viernes, Alicia Keys lanzaba al mercado un disco muy especial. 'Songs in a mirror: 20th anniversary edition' es una obra con la que pretende regresar a ese 2001 en el que su álbum debut le procuró una exitosa carrera profesional. Una reedición en la que, además, incluye dos temas inéditos adicionales, 'Foolish Heart' y 'Crazy (Mi Corazón)', que si bien se grabaron en las sesiones del disco original, finalmente quedaron fuera del proyecto. Una fecha tan redonda la de un 20 aniversario que, en los días previos, ha recordado en sus redes sociales, rescatando vídeos y fotos de cuando aún era una artista en ciernes y ni siquiera intuía lo que se le venía por delante.
Keys es hoy una de las voces más reconocidas del panorama internacional y cuenta con fans a lo largo y ancho del mundo, pero lo cierto es que tuvo que hacer grandes esfuerzos para alcanzar las cotas de éxito que hoy saborea. Nacida en Nueva York en el invierno de 1981 con el nombre real de Alicia Augello Cook, su padre era auxiliar de vuelo y su madre asistente legal, aunque también coqueteo con el mundo de la interpretación. Una vena artística que influyó a la hora de que Alicia tomara un camino más próspero que el de los vecinos del barrio de la zona del distrito de Manhattan donde creció. También tuvo que aprender a lidiar con la separación de sus padres cuando ella, hija única de la pareja, tan solo tenía dos años.
Porque lo cierto es que lo fácil hubiese sido caer en el mundo de las drogas y los malos hábitos, que era lo que tení asu alrededor en Hell's Kitchen, pero, tal y como ella ha confesado en numerosas ocasiones, consiguió "sobrevivir". ¿Cómo? Manteniéndose alejada de las calles con toda suerte de actividades que formaron a la artista que hoy es -una con nada menos que 15 Premios Grammy en las estanterías de su casa-: clases de piano, ballet y danza y algún que otro pequeño papel sobre escenarios de quinta fila. Una buena escuela para coger tablas y afrontar un futuro inimaginable donde pisar las alfombras rojas más importantes se han convertido en una constante.
Un ejercicio de sinceridad
Muchos de los entresijos de esa vida que ha marcado un carácter firme, los dejó ella misma al descubierto en la autobiografía que publicó hace poco más de un año, 'More Myself: A Journey'. Un viaje íntimo hacia el estrellato donde sacaba a la luz, por ejemplo, cómo llegó a su vida su primer piano. Era 1987 cuando un vecino estaba realizando una mudanza en la que se iba a deshacer del instrumneto. Ella vio una oportunidad perfecta para cambiar ese 'baby grand piano' que había conseguido gracias a aceptar una grabación que no le convencía. "Desde esa tarde que el piano entró en mi salón, nada ha sido lo mismo", se puede leer en esas páginas en las que, además, confiesa cómo este ha sido su gran refugio en los baches más profundos de sus 40 años de vida. "Cuando no tenía nada, tenía a mi madre y el piano. Era todo lo que necesitaba", dice con rotundidad.
Todo esto que experimento de pequeña, en casa, y los sacrificios que tuvo que realizar para centrarse en un objetivo claro, se ven reflejados en los temas de la primera Alicia Keys. Esa que se presentaba ante el público de una manera mucho más vulnerable. Como reflejando esas inseguridades de adolescencia que la empujaban a vestir con ropa holgada para que no se distinguiera su figura. Ahora, todo ha cambiado. Quizás porque lo ve todo detrás: ese apoyo en cada uno de sus conciertos, entre la crítica musical y en las redes sociales y plataformas digitales. Un respaldo que ha convertido a Keys en una mujer fuerte que puede ayudar a los demás. A esos que pueden haber experimentado las mismas zozobras que su yo del pasado.
Y de entre todas las iniciativas que ha respaldado y para cuya difusión se ha servido de el tirón que tiene en las redes, como ya mencionábamos, #ICantBreathe -un movimiento en contra de la violencia policial, algo que sigue estando a la orden del día en las calles de Estados Unidos- y el #NoMakeUp -que ha llevado a mostrarse de una manera más natural y a apenas hacer uso de la cosmética-. Algo que contrasta mucho con cómo se escondía en sus tiempos mozos.
Sin duda, una muestra evidente de que Alicia Keys está orgullosa del camino que ha realizado hasta llegar aquí. De esos 20 años en el mundo de la música y otros tantos antes dando forma a una versión que la que, ahora sí, se siente a gusto e identificada con el ideal que un día dibujó en su cabeza.
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