“I Shall Not Be Moved”: la canción me hace fuerte y con esperanza

Esta música de una nueva jornada gospeliana no se remonta a gritos de tribus urbanas
“I Shall Not Be Moved”: la canción me hace fuerte y con esperanza

Tiempo de lectura: 2’

Parece increíble que nos encontremos ya en el equinoccio de primavera. Ell domingo el medio ambiente experimenta la crónica de un cambio ya anunciado. Las hojas amarillas que parecían estar pálidas comienzan poco a poco a tener un color que nadie sabría imaginar lo que sucede. Salta a lña vista que el clima de nieves, aunque no se detiene ante la llegada ipso factos del tiempo primaveral, sí va adaptando nuevas costumbres climatológicas y medioambientales.

Y en medio de estos increíbles aromas de torrijas y limonada para apagar la sed de costaleros y visitantes para saciar el hambre después de la fatiga y agotamiento que conlleva cargar otro años con esos Pasos procesionales en cada una de las Procesiones que se hubiesen puesto en marcha si el virus no se hubiese interpuesto con sus consiguientes riesgos.




Todo esto entrelaza los cánticos góspel que siempre están ahí, pero que para no perder las buenas costumbres se lanzan en este tiempo. Algunos ejemplos ya han surgido los domingos pasados, y continuando con la Cuaresma y la consiguiente penitencia de oración, ayuno y limosna, se une este homenaje a tantos góspel que vamos trayendo. Hoy uno más. Se trata de “I Shall Not Be Moved” - “quisiera que no me movieran”-. Esta música de una nueva jornada gospeliana no se remonta a gritos de tribus urbanas. No. Ni mucho menos.

Con su ritmo de movida se basa en la Sagrada Escritura bajo el Pasaje de los Profetas donde Jeremías en el Capítulo 17, versículos 1-2 llama bienaventurado el hombre sigue al Señor y no se sienta en la reunión de los cínicos ni entra por la senda de los pecadores, sino que su gozo es la Ley del Señor. De hecho la medita día y noche. También recuerda que “no así los impíos no asó porque serán paja que arrebata el viento.”


CADENA 100