'Put Your hand in the Hand': la canción de un amor divino muy humano

Con la llegada del mes de junio y del tiempo veraniego la Pascua torna a su fin. Más bien esas reminiscencias que todavía suenan a a ecos de Pentecostés y Trinidad en las dos semanas que ya han pasado. Los sonidos de la Venida del Espíritu Santo y de la proyección de la Trinidad en el hombre que teníamos los dos domingos anteriores ahora suenan a Procesión y celebración del Corpus Christi en este jueves y hoy domingo. La Mesa de la Celebración Eucarística suena también a fraternidad caritativa y solidaria donde la entrega del Salvador llena el corazón de los hombres necesitados. Lo muestra la campaña de Cáritas cada año en este día.

Sonidos solidarios que nos hacen mirar hacia un espiritual solidario -Pon tu mano en la mano-. Una versión se hizo en los años 90 en El Padre Nuestro con las voces de Miriam Fultz y David Saylor. Pero como de casta le viene al galgo, se trata de una versión moderna que conoció la luz en los años 70 con el cantautor musical canadiense Gene MacLlellan. Curiosamente un creador por aquel entonces de canciones gospel. El título original es “Put Your hand in the Hand”. Toronto sería el punto clave para su estreno de la mano de la banda Ocean como punto clave fue de la producción Jesús de Montreal dirigida en 1989 por el director Denys Arcand. Todo ello no es por casualidad porque de esos rescoldos surge esta película. Pero volvamos a la letra de Pon tu mano.

La fraternización de Mirim Fultz y David Saylor es un retoque al sentido más espiritualista de Ocean donde MacLlella invita a poner la mano en aquel que anduvo en la mar, el que curó, el Galileo que echó a los mercaderes del templo. Así Él te ayudará y será tu Amigo para toda la eternidad. Pero ninguna de las dos versiones deja de tener su proyección espiritual y sobrenatural.

La canción tuvo un éxito como pocos y fue incorporada al elenco de canciones gospel que invitaban a recordar al hermano que te tiende la mano y que te recuerda que hay que andar unidos como el lema de Cáritas que recuerda a la condición de pueblo que lucha en comunidad.

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