“No dudaría”, seguridad frente a la pobreza

Llegamos a la segunda parte del mes de noviembre que ya comenzamos hace casi una semana. Los fríos polares adelantan el invierno en un otoño nada lluvioso salvo excepciones pero que las nieves pronosticadas pueden ser oro meteorológico para las campiñas, ciudades y para el hombre. Las bufandas y abrigos ya salieron del armario en medio de preocupaciones por sacar fuera de la circulación pandemias que asolan la humanidad y que pueden lastrar los corazones y el interior de las personas como recalca el Papa Francisco.

Pero la paz se encuentra en Fiestas como la de este Domingo, Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. Y con ella temas espirituales góspel para ambientar. Como el ¡Oh Señor! del álbum Padre Nuestro del que ya hemos desgranado con alguna otra canción.

Todo el entronque de temas vinculados a películas con banda sonora de ópera rock como Jesucristo Superstar de Norman Jewison. Pero en este caso del góspel original “¡Oh my Lord!” en inglés tiene su intérprete en el cantante norteamericano Billy Preston quien había probado suerte con John Lennon, Ringo Starr o los mismísimos Beatles.

En este caso, interpretado por Miriam Fultz y David Saylor el tema salta a la vista por su versión donde lo espiritual se hace bailable al más puro estilo góspel interpretado tanto en ambientes católicos como luteranos reformados baptistas en las capilla norteamericanas. El tema invoca a Dios en su Hijo al que quieren conocer y al que le pide el tema que enseñe el camino entre el que se lo pide y el propio Cristo. El tema incluye el aleluya de alabanza con el coro góspel que ameniza y armoniza la forma de orar con tintes carismáticos que invitan a sumarse a la canción.

El cántico habla de seguimientos y encuentro en medio de las turbulencias que ocultan la Voz de Dios en el mundo y muestra el sentido de adoración al Señor con la exclamación ¡Oh Señor!, “¡Mi Señor!”. En el tema no se excluyen ritmo y letra sino que se complementan en la alabanza al Rey de reyes.