Flavio, de 'OT', en CADENA 100: "Si una canción no me gusta lo digo, porque voy a tener que defenderla"
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Flavio fue una de las voces que consiguió conquistar al público de la última edición de 'Operación Triunfo' y, ahora, se suma a la lista de compañeros de la Academia que ven cumplido el sueño de tener entre sus manos su primer disco. En su caso, lo ha llamado como él mismo, 'Flavio'. Y por ahí empezaba a preguntarle Antonio Hueso durante su visita a los estudios de CADENA 100 para presentar este trabajo. ¿Por qué lo ha llamado así? "Fue mi última opción. Surgió así como de la nada, porque no tenía muy claro cómo llamarlo, pero las canciones, que son muy distintas entre ellas, están unidas por mi voz. Son estilos muy diferentes, pero son estilos que a mí me gustan. Primer disco, mi presentación... pues ya está, 'Flavio'", eran sus palabras antes de desvelar que 'Maravilla' y 'Calma', que da título a uno de los temas del álbum, fueron las otras dos opciones que se barajaron con fuerza. Sobre todo, esta última, ya que refleja mucho el carácter de este joven artista muriciano.
Casi no le ha dado tiempo a darse cuenta de cómo es la industria, porque salió del 'talent' ya con el coronavirus campando a sus anchas entre nosotros, así que su reflexión es muy clara: "Yo no conozco cómo es este mundillo sin pandemia, así que estoy contento, porque no sé qué habría pasado si esto no hubiese pasado". Porque no le ha faltado el trabajo desde hace un año. Eso sí, para los bolos vamos a tener que esperar. Por el momento, tan solo tiene uno agendado: "Sí tengo uno anunciado para Barcelona, para el 24 de septiembre y todavía quedan entradas".
Lo que por el momento ni le asusta ni le molesta, máxime ahora que nos hemos quitado las mascarillas, es la fama. A Flavio se le nota encantado con ese reconocimiento que se ha ganado con el sudor de sus cuerds vocales: "Me reconocen de vez en cuando, pero lo llevo bien. Tampoco es algo surrealista. No me molesta si me piden una foto o me digan: 'Mándale un saludo a mi prima de Mallorca'". Y asegura que en su familia lo llevan igual de bien, que no les ha afectado que haya pasado, casi de la noche a la mañana, de ser un chico anónimo, normal y corriente, a tener un disco en el mercado. Lo que sí que reconoce es que es una industria donde la competitividad está a la orden del día: "En determinadas situaciones sí que hay cierta rivalidad, envidia. Pero, por ejemplo, en el conservatorio también lo había. Ese compararse. Yo también lo hago, ¿eh?".
Sinceridad ante todo, como cuando habla de qué es lo que más le gusta de todo el proceso que se recorre en la puesta en pie de un disco. "Me gusta mucho, en realidad, todo. La composición, el momento de grabarlo. Soy muy perfeccionista y soy de regrabar. Y la puesta en escena, que tuve concierto en Madrid, fue un momento muy bonito", relata justo antes de reconocer que, si con algo no está conforme, lo dice. Más que nada, porque "si una canción no me gusta tengo que decirlo, porque voy a tener que defenderla cuando la pongo en escena. Y si no me siento a gusto, no voy a poder defenderla. No se va a transmitir de la misma manera".
Íntimo y personal
Recién llegado de unas vacaciones en Fuerteventura con su pareja, confiesa que ha llevado muy mal la cantidad de viento que hay en la isla canaria y que, de niño, sus veranos solían ser en una casa familar en Lonarejo, en Murcia. Porque, si el viento no le hace ni pizca de gracia -hasta llega a elegir la lluvia antes que este otro fenómeno meteorológico-, la playa es una de sus debilidades. La otra es su hermana, "dos años más que yo, estudia Ingeniería Industrial y acaba de venir de Polonia". Por cierto, que a ella le dedica ese libro que salió recientemente y del que también charló con nuestro locutor.
"El libro surgió porque yo tenía algo escrito antes de entrar en la Academia, seguí allí y al salir mi representante me dijo que la editorial estaba interesado. El hablar con mis padres fue algo normal", relata. Y se atreve a recordar una de las anécdotas recogidas en el mismo: la del pez. "En casa teníamos un pez y de repente murió. Mi madre, que es profesora de latín y griego me dijo: 'Al pez no hace falta decirle que ha muerto, se puede decir que ha fenecido, que ha fallecido'. Vinieron unos amigos de mis padres a casa y les dije: '¿Sabéis que el pez ha fenecido?'. Y se quedaron pensando, este chiquillo de 8 años, qué raro es", dice con tono divertido.
Antes de terminar, Antonio le propone un juego: ver un trozo de varios vídeos, todos ellos virales, y tratar de adivinar cómo termina. Si quieres ver el resultado, solo tienes que darle al 'play' a este vídeo.
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