NUTRICIÓN Y SALUD

Cómo frenar la creciente “barriguita” después de los atracones navideños

Ya estamos en 2021 y toca poner freno a los excesos para hacer frente a la báscula y, sobre todo, para cuidar nuestra salud
Cómo frenar la creciente “barriguita” después de los atracones navideños

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Durante este periodo, numerosas dietas relámpago protagonizan las cabeceras de los buscadores en internet, un grave error teniendo en cuenta que este tipo de regímenes suelen ser perjudiciales para la salud y vienen acompañados del temido efecto yoyó, que nos hará recuperar los kilos tan rápido como se fueron. Por ello, es importante que cambiemos el chip y aprovechemos el comienzo de año para incorporar nuevos hábitos de vida saludables, que nos ayudarán en la batalla contra los excesos y se convertirán en un estilo de vida con el que mantenerse sano. En este sentido, te contamos 8 pautas básicas con las que empezar en este nuevo rumbo:

  1. Llena tus platos de color: Haz menús con verduras o frutas variadas de diferentes colores, como la naranja, verde, rojo, morado... Estos platos son más sanos y satisfactorios a todos los niveles, pues no solo entran mejor por los ojos produciendo un impacto emocional, psicológico y energético mayor, sino que están cargados de vitaminas, nutrientes y antioxidantes.
  2. Di sí a las grasas, pero de origen natural: ¿Quién dijo que las grasas no son saludables? Solo tenemos que saber elegir cuáles son beneficiosas para la salud, tanto vegetales como animales. En el primer caso, podemos encontrar grasas vegetales saludables en el aguacate, los frutos secos, las semillas o las aceitunas. En cuanto a la grasa animal, la opción más saludable lo encontramos en los pescados azules, que contienen una gran cantidad de Omega-3. Podemos encontrarlo en el salmón, las sardinas, el bonito, el atún o el pez espada.
  3. Elimina de raíz el azúcar: También llamada "Droga del siglo XXI", este ingrediente no aporta ningún beneficio para la salud. Suprimir el azúcar de tu vida te ayudará no solo a perder peso, sino también a sentirte sano, ya que está directamente relacionado con enfermedades como la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta o el colesterol.
  4. Bebe mucha agua: Estamos cansados de escucharlo, pero es una realidad que beber agua es una acción vital para que nuestro cuerpo funcione adecuadamente y se mantenga en óptimas condiciones. Debemos acostumbrarnos a beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día para hidratar el cuerpo y eliminar las sustancias tóxicas de nuestro organismo.
  5. Practica ejercicio 3-4 veces a la semana: No es necesario que te conviertas en deportista de élite para estar saludable, basta con adquirir ciertos hábitos que hagan que seas una persona activa. Empieza por salir a caminar al menos una hora al día, unas 3 o 4 veces por semana, e ir aumentando tus objetivos poco a poco. Es importante ir conociendo tu cuerpo y gustos para encontrar la actividad física que mejor se adapte a tus necesidades.
  6. Cuidado con las cenas: Ya lo decía el refranero español: “desayuna como un Rey, almuerza como un Príncipe y cena como un Mendigo”. A medida que se acerca la hora de dormir, las cenas deberán ser más ligeras. Por ello, no solo será bueno adelantar la hora de la última comida del día, sino que además lo ideal será combinar proteínas y alimentos de baja carga calórica, como las verduras y hortalizas, evitando los carbohidratos o fruta por la noche. Una cena perfecta será una pieza de carne magra (pescado, pollo, ternera...), hecho a la plancha o al horno, acompañado de una buena ración de verdura.
  7. Medita: Es recomendable mantener la salud mental y adoptar prácticas que ayuden a relajar la mente y escuchar a nuestro cuerpo. Está demostrado que la meditación ayuda a reducir la presión arterial y controlar patologías psicológicas como el insomnio, la depresión y la ansiedad. Dedica entre 15 y 30 minutos al día a despejar la mente y relajar el cuerpo, pudiendo fraccionar el tiempo entre la mañana y la tarde.
  8. Respira aire fresco: El aire puro es necesario para la renovación de la sangre en los pulmones, que se llenan de oxígeno para nutrir todas las partes del cuerpo. Además, este proceso tiende a favorecer la relajación del cuerpo, estrechamente relacionado con el punto anterior, y clave para mantener la salud mental, ya que, al respirar profundamente, aumenta la producción de endorfinas, las hormonas responsables del estado de bienestar y de la disminución del dolor.
CADENA 100