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Oropesa del Mar ha congregado a los mejores artistas de reggaeton

La primera edición del Reggaeton Beach Festival se cierra con buena afluencia.
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Todo un fin de semana dedicado a la música con artistas tan importantes como Anuel AA, Jhay Cortez, Justin Quiles, Bryant Myers, Nio García, Farina, L-gante, Emilia... y así hasta 30 de los mejores artistas internacionales de Reggaeton. Y mucho más, porque el evento incluye tambien otras muchas actividades: fiestas, atracciones, gastronomía, rutas culturales por la localidad o salidas en catamarán desde el Puerto Deportivo de Oropesa del Mar.

De este modo, Oropesa del Mar y Marina d'Or buscan su espacio también dentro del sector del turismo musical y de festivales, tan extendido por nuestras costa mediterránea y que tiene sus orígenes, tal como lo entendemos en la actualidad, hace casi 30 años. Y es que el denominado Turismo de Festivales ha evolucionado con el tiempo, consolidándose e integrando, cada vez más, experiencias complementarias a la de la propia música en vivo (electrónica, jazz, pop, indie, rock, latina…)- atrayendo así nuevos tipos de consumidores. Festivales como el Sónar (1994), del FIB (1995) o el Viña Rock (1996) han sido capaces, por sí mismos, de alterar la planificación, las políticas y hasta el desarrollo de determinados destinos turísticos. Y si bien es cierto que Andalucía y Cataluña son las Comunidades Autónomas con más festivales, los más conocidos y multitudinarios tienen lugar en la Comunidad Valenciana. Así, Oropesa del Mar estrena este fin de semana su propio festival en una provincia, Castellón, que cuenta ya con destinos festivaleros tan importantes como Benicàssim o Burriana.

El turismo musical adquiere cada vez mayor relevancia dentro y fuera de nuestras fronteras, siendo un verdadero dinamizador de fans. En la última década, los festivales en nuestro país han pasado de unos 400 (2014) a los más de 900 festivales anuales que se celebraban hasta antes de la pandemia. Y más allá de los conciertos, lo cierto es que las cifras hablan por sí solas:

·Los festivales mueven, en nuestro país, más de 2.500.000 personas por temporada, tanto nacionales como extranjeras.

· Los asistentes a este tipo de festivales suelen invertir una media de 500 euros por evento (viaje, hospedaje, manutención, compras en destino…)

· En España, se estima en 300.000 puestos de trabajo los generados por el negocio de los festivales, con una media de 360 empleos por festival, entre directos e indirectos.

· Más del 55% de los asistentes pertenecen al sector más joven de nuestra población, declarando unos ingresos inferiores a los 12.000 euros anuales. Pero esto implica que casi la otra mitad de los participantes cuenta con ingresos medio y/o medio altos, lo que deriva en grandes posibilidades de negocio para el comercio de proximidad.

· Los festivales permiten, a determinadas localidades, ser descubiertas por un público nacional e internacional para el que de otro modo permanecerían invisibles.

Muchos festivales se benefician, efectivamente del turismo de sol y playa. Pero igualmente cierto es que son ítems relevantes para desestacionalizar la temporada, haciendo que comience antes y estirándola hasta bien entrado el otoño; crean empleo directo e indirecto en los municipios que los hospedan, potencian el comercio local e incluso contribuyen a la cohesión social y el sentimiento de pertenencia.

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