Cuidado con el bañador húmedo: uno de los grandes problemas del verano

Montaña o playa, destino nacional o un país extranjero... Cuando dejamos nuestro hogar para cambiar de aires en vacaciones, los destinos son tan numerosos como variados, pero todos ellos poseen un denominador común: la necesidad de estar preparados para afrontar los imprevistos relacionados con la salud que puedan surgir.

 “Un desorden gastrointestinal, una quemadura solar o las picaduras de insectos pueden hacernos pasar muy mal rato e, incluso, dar al traste con parte de nuestras vacaciones. Pero, si tenemos en cuenta las complicaciones relacionadas con la salud que pueden aparecer en un viaje, estaremos mejor preparados para afrontarlas y mitigar sus efectos”, según explica Julio Maset, médico de Cinfa.

Y es que los imprevistos pueden producirse en cualquier lugar. “Sea cual sea nuestro destino este verano, es en el momento de hacer el equipaje cuando debemos empezar a tomar las precauciones que nos permitirán viajar tranquilos. Para empezar, en nuestra maleta no debe faltar un botiquín con los medicamentos más básicos, calzado cómodo para evitar las molestias en los pies y fotoprotectores de factor 30 o superior, gorra y gafas de sol”, añade el doctor Maset.

Pero además debemos de tener unas precauciones básicas y muy sencillas en especial si en nuestras vacaciones hay agua de por medio como por ejemplo no dejarte puesto el bañador mojado. La humedad en la ropa tras el baño favorece el crecimiento de las bacterias por lo que lo mejor que te pongas ropa seca cuanto antes.

Precisamente entre las infecciones más comunes de la época estival están la candidiasis y la cistitis que afectan sobre todo a las mujeres y cuyos síntomas más evidentes son las ganas constantes de orinar y un tremendo escozor al terminar la micción.

Ten en cuenta además que las personas cuyo sistema inmune es más débil, tienen más papeletas de contraer una infección si se quedan con la ropa mojada tras el baño.