La revolución de las croquetas: la receta para hacerlas sin grasa y riquísimas

El 16 de enero se fijó en el calendario como el Día de la croqueta, en honor a estos bocados de lo más sabrosos y deliciosos de la gastronomía
croquetas

 

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Si el refranero popular español dice que ''a quién le amarga un dulce'', con las croquetas para igual: ¿quién puede decirle que no a una croqueta? Las croquetas son uno de los clásicos de nuestra gastronomía, -aunque son originarias de Francia-  que más sensación causan entre los comensales y uno de los incondicionales de la cocina de aprovechamiento. 

Aunque de aperiencia sencilla, su elaboración no es tan fácil y resulta algo engorrosa. Eso sí, la propia evolución de la receta ha hecho que pase a ser de ''las sobras'' a un universo de posibilidades que van desde las clásicas a las más innovadoras como son las croquetas de chocolate, tortilla de patata, pera, incluso de gin tonic. 

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La croqueta en sí no es más que una porción de masa de bechamel con algún tipo de picadillo (bacalao, jamón, huevo...) entre sus ingredientes  y rebozadas en harina (opcional),  huevo y pan rallado. Pero hay que reseñar que no es tan fácil dar con el bocado perfecto ya que tienen pasos importantes, como el rebozado ideal para que quede crujiente y el aceite.

Como decimos, una vez se tiene la mansa se pueden freir en aceite bien caliente y abundante o meterlas al horno, una opción más saludable porque no hay que olvidar, que este delicioso bocado, es bastante calórico.

#Croquetas

#Croquetas

Esta posiblidad, de hacerla en el horno, ha hecho que surja ''la croqueta ligth'', porque además de no freirlas, también  podemos echar manos de algún 'truco' para poder disfrutar de ellas sin que nuestro peso se resienta ¿cómo? Toma nota:

  • La bechamel. Podemos utilizar en su elaboración leche desnatada y emplear una buena sartén  antiadherente, de forma que reduzcamos al máximo la cantidad de aceite o mantequilla.  En lugar de harina refinada, elegiremos una versión integral. Si queremos reducir aún más las calorías, podemos evitar el harina de trigo y recurrir a otros con más proteínas y menos hidratos, como los de garbanzos, lentejas, soja, guisantes o quinoa. 
  • Porque sean light, no tenemos que resignarnos a un sabor mejorable. Por eso es importante conseguir en la bechamel esa cremosidad que marcará la diferencia. Bastará con incorporarle un yogur desnatado.
  • En cuanto al picadillo, elige las opciones menos calóricas; verduras, pollo o huevo, eso sí bien aderezados con especias como la nuez moscada o la pimienta.
  • El rebozado también se puede aligerar. Mejor utilizar pan rallado integral picado grues,  incluso mezclarlo con frutos secos triturados y siempre sin cargar en exceso. 
  • En cuanto al cocinado, mejor al horno. Con la ayuda de un pincel les daremos  una fina capa de aceite por ambos lados.

CADENA 100