Los errores más comunes que cometes al hacer croquetas y que debes evitar

Es uno de los platos que no pueden faltar en las cartas de bares y restaurantes y, aunque no son difíciles de cocinar, hay que evitar cometer estos errores
Los errores más comunes que cometes al hacer croquetas y que debes evitar

 

Tiempo de lectura: 3’

Las croquetas son una de las comidas que no pueden faltar en la carta de los restaurantes y bares españoles. Y en nuestros hogares, seguro que más de una vez se te antoja este plato tan sencillo de preparar y tan suculento con el que se te hace la boca agua solo de pensar en su nombre.

Hay miles de tipos de croquetas y, aunque las más comunes son las de jamón, de cocido o de pollo, cada vez son más sus variedades. Marisco, boletus, queso de cabra, rabo de toro... ¡Hasta se han creado en su versión más dulce! Cada vez es más común encontrarlas con sabores para los más golosos y las hay de chocolate o incluso de galleta, uno de los últimos inventos de los americanos.

Prepararlas no es ni mucho menos complicado, pero eso no significa que no puedan cometerse errores a la hora de cocinar croquetas. Si quieres que las tuyas sepan como las de la abuela, las de toda la vida, hay un error imperdonable que no puedes cometer bajo ningún concepto, y te lo vamos a explicar.

El secreto está en el aceite

Hay que usar mucha cantidad de aceite para que cubra las croquetas que van a ser freídas. Además, tiene que ser un aceite de buena calidad. Por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra o el aceite alto oleico. Es fundamental que el aceite esté bien caliente cuando pongamos las croquetas en la sartén o freidora que utilicemos. Si cumplimos esta máxima, el interior de las croquetas quedará sellado y en él no entrará el aceite. Así, el rebozado se dorará y quedará seco y crujiente. Eso sí, para que todo salga bien es imprescindible que no nos importe usar mucho aceite.

ctv-kzy-shutterstock 1042928527

¿Freidora o sartén?

Las freidoras son fantásticas para las croquetas, pero hay que cambiar su aceite cada día. Además, se necesita alcanzar una temperatura de 180 grados para que el plato quede como debe ser. Su ventaja es que podemos cocinar unas cuantas croquetas a la vez, que resulta un electrodoméstico bastante limpio y que podemos controlar la temperatura.

Por otro lado, la sartén nos obliga a controlar que las croquetas se hagan igual por todos los lados, que no se rompan y que no se quemen. Si las croquetas no se rompen y quedan cremosas por dentro, todo habrá salido bien. Además, hay que tener en cuenta que las croquetas de tamaño medio no deben estar más de uno o dos minutos friéndose. Sin olvidar que nuestra máxima preocupación es que el aceite no se enfríe.

Hay que sumergir las croquetas en aceite, sin que nos asuste pasarnos. Freírlas poco a poco, sin bajar de golpe la temperatura, es otro truco infalible.

Si las haces a mano, cuidado con el rebozado

Con huevo y pan rallado, corremos el riesgo de que las croquetas se abran al contactar con el aceite caliente. ¡Atención, truco! Si las pasamos primero por harina, antes de empanarlas, reducimos este riesgo que tanto nos suele preocupar. Pero hay que ser muy cuidadosos: solo hay que aplicar el rebozado una vez. Si este es muy grueso, las croquetas que obtendremos no serán perfectas. Hay que buscar algo fino, a la par que firme y crujiente.

ctv-mxz-shutterstock 1141857383

La bechamel, otro ‘peligro’

Una clave más para lograr unas croquetas triunfadorasEl secreto está en las vueltas que le demos a la salsa. Tenemos que conseguir una masa cremosa y consistente, sin grumos y sabrosa. Según de qué sean las croquetas, la bechamel deberá ser más o menos espesa o más o menos clara.

Todo tiene que estar caliente: aunque haya que ir poco a poco, lo fundamental es que nada se enfríe. Además, no hay que cocer demasiado la masa y debemos calcular bien la harina. Si dejamos enfriar la bechamel en la nevera, esta se solidificará y ya podremos formar las croquetas.

Con estas indicaciones, seguro que tus croquetas consiguen el visto bueno de cualquiera que las pruebe. Es fácil hacerlas, pero merece la pena tener claro qué hacer y qué no para que el resultado sea óptimo y tu abuela pueda sentirse orgullosa de ti.

Relacionados

CADENA 100