¿Se puede salir con vida de la cámara acorazada del Banco de España?

La casa de Papel ha revolucionado con el segundo robo de su historia más importante de la ficción y ha planteado varios interrogantes en la vida real
¿Se puede salir con vida de la cámara acorazada del Banco de España?

'La casa de papel' ha despertado la curiosidad por todo lo que esconde la gran fortaleza del centro de Madrid

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¿Es tan peligrosa la cámara acorazada del Banco de España? ¿Esconde tantos secretos como desvela la serie del momento? El estreno de la tercera temporada de 'La Casa de Papel' ha hecho que más de uno vuelva a dejar volar su mente y sus fantasías. El intrépido atraco a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que ha cautivado a millones de espectadores en todo el mundo, erigiéndose como una de las series españolas de ficción más exitosas de todos los tiempos, sigue siendo todo un 'boom'.

Sin embargo, lo que parece pura ciencia ficción y fuegos de artificio tiene una base sólida en la realidad. O al menos en nuestro país. Y es que en pleno corazón de Madrid, dentro del mismísimo Banco de España, en la calle Alcalá, existe una cámara acorazada, a 48 metros de profundidad, que custodia las reservas de oro de nuestro país. En total 281 toneladas del metal amarillo con un valor superior a los 14.000 millones de euros.

La sala tiene una superficie de 2.500 metros cuadrados y está hecha de hormigón armado y cemento fundido. Una de las curiosidades es que dos veces al año hay que protegerla con vaselina para que no se oxide. Cualquier mota de polvo sobre la puerta puede impedir que se abra. Su ubicación exacta es el centro, subterráneo, del Banco de España, y para acceder a ella hay que bajar dos sótanos.

Por su parte, el pasadizo que da acceso a la cámara está compuesto por un pequeño pasillo y una tronera que va desde la superficie hasta la salida. Tiene tres puertas de acceso acorazadas de 15 toneladas de peso y acero oxidable (tan pesadas que se tuvieron que colocar con cables de acero utilizables sólo una vez). Asimismo, la sala está 'decorada' con un sistema de espejos colocados a una altura milimétricamente cuidada para que cualquier sombra sea reflejada y percibida desde cualquier punto; así la voz de alarma nunca llegaría demasiado tarde.

En la misma línea, hay que señalar que tanto el pasadizo como la cámara acorazada estaban vigiladas por varias familias de guardias civiles que vivían bajo tierra hasta la entrada del siglo XXI. Por si fuera poco, para acceder hay que pasar un foso con un puente levadizo. Ya en su interior se apilan estanterías, diseñadas por el ingeniero Eiffel, en las que se apilan los lingotes de cinco en cinco, cada uno pesa 12 kilos y medio y vale hasta 640.000 euros.

Esta obra empezó en 1929, y terminó en 1932, dirigida por el arquitecto José Yarnoz Larrosa. Costó nueve millones y medio de pesetas y conllevó la implicación de más de 260 obreros.

Después de todo esto, no cabe duda de que intentarlo sería toda una temeridad. En sus casi 80 años de existencia nadie lo ha hecho porque el mero hecho de tratar de entrar en la cámara acorazada del Banco de España es sinónimo de perder la vida directamente. Esta posee altos sistemas de seguridad, cámaras y sensores que, ante la presencia física de algún intruso, accionaría automáticamente una llave de paso que inundaría toda la sala en menos de 20 minutos. El agua llega como consecuencia de una obra realizada expresamente para canalizar el agua que baja subterráneamente por la calle Alcalá y alimenta La Cibeles, gracias a los arroyos de La Pascuala y Oropesa. 

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